Producción neozelandesa escrita y
dirigida por Jason Lei Howden, la cual significa su primer largometraje. Se
estrenó de manera limitada en cines, VOD e iTunes el pasado 2 de octubre dentro
de los Estados Unidos; mientras que en México tendrá su estreno durante el
próximo “Morbido Fest”.
Sinopsis:
Cuando Brodie (Milo Cawthorne) se
muda a la casa de sus tíos su vida se vuelve un infierno, siendo el heavy metal
lo único que le da algo de alivio. Gracias a esto conoce a Zakk,
otro metalero con quien forma una banda y le ayuda a robar unas partituras
muy viejas; las cuales al descifrar
como interpretarlas les pueden brindar un gran poder, pero a la vez liberan una
amenaza que planea destruir a la humanidad.
Comentarios generales:
Si les toco vivir la década de
los 80s o incluso los primeros años de los 90s seguramente recordaran que un
tema común era ligar el heavy metal con cuestiones satánicas, lo cual brindaba
el motivo perfecto para realizar incontables películas al respecto y de paso
afianzar mucho más el estereotipo. Prácticamente se creó un subgénero en base a
esto, pero con el pasar de los años se fue perdiendo gracias a diversos
factores hasta que de la nada llego Deathgasm; un trabajo que, si bien no
revivirá esas épocas, si se encarga de recordarnos lo hilarantemente ridículas
que eran.
Y es que Howden no se guarda nada
cuando se trata de recrear todo lo que rodeaba a este tema al involucrar
familiares religiosos, chicos con padres problemáticos, bullying, gustos por
nombres ridículos para bandas y tiendas de discos con los álbumes más extraños
(entre otras cosas); todo está ahí para dar una sensación de familiaridad al
espectador sin ser precisamente solo un homenaje. Algo que sin duda es efectivo
pero que también convierte el primer acto en uno un tanto hueco al no darle
suficiente espacio al misterio que existe detrás de las partituras y en base a
esto desarrollar una historia un poco más compleja cuando habían los elementos
para hacerlo. Además el ritmo no ayuda, se siente algo lenta y salvo, por un par
de escenas sangrientas que establecen rápidamente el grado de violencia que nos
espera, no se genera una dinámica atractiva.
Evidentemente esto cambia de forma radical una vez que se desata el caos,
en gran parte porque el director no tiene ningún tipo de freno para lo que
quiere presentar en pantalla y eso añade un impacto constante con una cantidad
significativa de muertes que hacen fluir el liquido vital de manera implacable.
Lo cual es combinado con un humor que por momentos puede resultar un tanto
estúpido, pero que es importante para darle un toque único a varios de los
enfrentamientos con los muertos/zombies/demonios y de paso tener un buen
contrapeso para un conflicto amoroso que tiene algo de relevancia en las
acciones.
La verdad todo es frenético, no
hay descanso y eso ayuda a que las carencias existentes a la hora de explicar ciertos
aspectos de la amenaza no sean tan notorias o, si las notas, realmente no te
importen.
La parte final es sumamente
disfrutable. El gore no baja ni un solo instante; de hecho, se incrementa y
ofrece un par de cosas que no te esperas para construir un desenlace digno y
exagerado para esta clase de historia.
En cuanto a las actuaciones puedo
decir que todos en general están bien, no hay grandes figuras que resalten y en
gran medida lo más efectivo en este rubro suele llegar cuando interactúan
ciertas duplas (Brodie/Zakk, Dion/Giles). La producción no es sumamente
espectacular, pero cumple: acertado trabajo de fotografía, buena dirección de
arte, gran sonido, un score con mucha fuerza como era de esperarse, efectos prácticos
bien hechos y una labor de maquillaje de nota bastante alta.
* Cuenta con una escena
pos-créditos.
Opinión final: Deathgasm es divertida,
así de simple. Un baño de sangre y heavy metal que definitivamente se encuentra
dentro de lo mejor del año.
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