Película escrita y dirigida por
Michael Petroni, quien hace su debut dentro del género. La película se estrenó
de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 26 de
febrero, mientras que aquí en México también llegó de manera limitada a inicios
de este mes.
Sinopsis:
La vida del psicólogo Peter Bower
(Adrien Brody) se vuelve un caos cuando descubre que todos sus pacientes son
los fantasmas de personas que murieron en un accidente veinte años atrás. Temeroso
por su salud mental, Peter empieza a investigar más a fondo y esto lo obliga a regresar
a su pueblo natal; un lugar en donde dejó atrás un aterrador secreto que nuevamente
lo atormentará.
Comentarios generales:
Si algo ha caracterizado al cine
de terror australiano durante los últimos cinco o seis años es su violencia y
sangre, lo cual ha llevado a que se le compare con el extremismo francés de los 2000s a pesar de que realmente no es algo nuevo para ellos. Sin
embargo, últimamente también se han podido notar ciertos esfuerzos para
alejarse un poco de esa tendencia y no quedarse encasillados como ocurrió con
los europeos, situación que pudimos ver con The Babadook hace un par de años atrás
y ahora con una propuesta menos arriesgada como Backtrack.
Y es que esta ocasión lo que nos
trae Petroni es una película sustentada en fantasmas que en ningún momento
pretende revolucionar este tipo de historias, siguiendo un patrón habitual con
un personaje que empieza a experimentar sucesos difíciles de explicar que no solo están pensados para originar terror
inmediatamente por medio de sustos fáciles, sino también para establecer una
atmósfera especifica. Detalle que provoca que el primer acto sea un tanto
lento al depender en su totalidad de la investigación de los pacientes, pero
que nunca se torna aburrido gracias a que el misterio que existe detrás de ellos
se mantiene bien guardado hasta que se decide trasladar las acciones al pueblo
natal de Peter.
Algo que se da como a los 25/30
minutos y que trae consigo un incremento muy marcado en el ritmo de la película,
lo cual se agradece bastante considerando que a partir de aquí la dinámica
cambia para enfocarse mucho más en los problemas morales del personaje
principal. Un cambio que también sirve como punto de partida para iniciar una
serie de sorpresas cuyo principal propósito es ir revelando las conexiones con
la mayoría de las preguntas planteadas al inicio de la manera más natural
posible para que no se sientan forzadas; aunque bajo este enfoque las cosas se
vuelven un tanto predecibles e, igualmente, los elementos de terror empiezan a
dejarse un poco de lado al no utilizar de manera más notoria a la mayoría de
los fantasmas.
La parte final está bien manejada. Sin embargo, el giro implementado difícilmente los tomará por sorpresa debido
a que se trata de uno que ya se ha visto en muchas ocasiones y seguramente lo
descifrarán muy rápido si le ponen atención a ciertos detalles.
Las actuaciones las encontré sólidas:
sin duda compras a Brody como un padre totalmente quebrado emocionalmente y
potencialmente loco, mientras que Robin McLeavy ofrece un tipo de actuación mucho
menos extravagante a las que nos tiene acostumbrados. La producción es de buena
nota: el trabajo de fotografía es realmente bueno, el score es tal vez lo mejor
de la película, el trabajo de sonido está muy bien cuidado y los efectos
cumplen con su función sin ser precisamente espectaculares.
Opinión final: Backtrack es
aceptable. No aporta realmente nada nuevo, pero está bien hecha y no resulta
nada aburrida.
Ojometro:
***
***