Película dirigida por Johannes
Roberts (Hellbreeder), quien además es co-escritor del guión junto
a Ernest Riera. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos en el mes de marzo, mientras que en México hizo lo propio durante el 6 de mayo; recaudando
hasta la fecha $10.8 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.
Sinopsis:
Después de que su hijo muriera en
un trágico accidente, María (Sarah Wayne Callies) se entera de un antiguo
ritual para traerlo de vuelta y así brindarle su despedida final. Para ello
tiene que viajar a un templo donde una puerta sirve como un misterioso portal
entre los dos mundos; sin embargo, cuando ella viola la regla de no abrirla, el
balance entre la vida y la muerte se verá perturbado.
Comentarios generales:
Sinceramente cuando salió la
primera información sobre The Other Side of the Door mi reacción fue muy tibia
debido a que la película lucia increíblemente familiar a otros tantos trabajos
anteriores y encontrar algo diferente parecía complicado de lograr. Todo esto cambio
cuando me puse a investigar un poco más y supe que estaba ligada con temas de
la cultura hindú, a partir ese momento fue cuando llamó mi interés de manera
importante; aunque al final terminó siendo un trabajo sin demasiadas sorpresas.
Y es que lo que nos trae Roberts
es una historia que para muchos será complicada de digerir, no tanto por su
complejidad o rareza, sino porque más bien se trata de una cuyo principal
atractivo radica en la mezcla de dos culturas (occidental e hindú) que en algún
punto provocarán un suceso aterrador gracias a las diferentes formas en las que
lidian con la muerte. Una mezcla que por momentos funciona y por otros no,
teniendo como resultado un primer acto ciertamente pesado, el cual se sustenta
principalmente en un lado más espiritual que hace que las cosas avancen de
manera lenta mientras el espectador tiene que adquirir empatía hacia esta pobre
mujer a la que el mundo se le vino encima tras la muerte de su hijo en muchos
sentidos y que comete un error hasta cierto punto entendible.
Ya para el segundo acto la
película entra en un territorio más familiar y debo de decir que el director
logra construir una atmósfera oscura bastante interesante, donde utiliza trucos
y sustos fáciles de rutina, pero también se encarga de implementar una dinámica
adecuada para seguir entrelazando el tema cultural y de los mundos con el
propósito de no caer en lo repetitivo; brindándole así un buen ritmo a las
cosas. Además de que le añade una dosis considerable de suspenso por medio del
espíritu del hijo, el cual ciertamente es mucho más amenazante de lo que
esperas.
Lamentable todo esto no se ve
redondeado por momentos de impacto memorables, ya que a pesar de que el filme tiene
elementos de sobra para ofrecerlos (sobre todo en el aspecto visual), realmente
nunca estalla en este tema; manteniendo todo de manera mucho más íntima y solo recurriendo
a algunas pocas escenas con alguno que otro efecto producto del CGI.
La parte final es por mucho la
más intensa al involucrar una posesión con la cual pueden jugar con el estado
mental de María y añadir un poco de violencia para construir un desenlace
potente que ciertamente no te esperas e, incluso, proporciona una última escena
que te brinda una respuesta ligada a un punto vital de la película.
Las actuaciones son bastante sólidas,
obviamente Sarah Wayne Callies es quien se lleva todos los reflectores en su
papel de madre angustiada y potencialmente loca, pero la que termina destacando
realmente de manera sorpresiva es la pequeña Sofía Rosinsky (Lucy); quien, a
diferencia de otros niños actores, muestra bastante naturalidad. La producción es
de buena factura: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte impecable,
el score es excelente, el trabajo de sonido limpio, los efectos cumplen y el
trabajo de maquillaje no presenta mayores complicaciones.
Opinión final: The Other Side of
the Door está ok. Es bastante genérica, pero tiene algunas cosas que pueden
agradarle a varios.
Ojometro:
***
***