Secuela de la película de 1973
dirigida por Tony Brownrigg (Red Victoria), quien además comparte créditos como
co-escritor del guión junto a Megan Emerick. Salió directamente en VOD, DVD y
Blu-ray (así como en una edición de colección en VHS) dentro de los Estados
Unidos el pasado 25 de mayo.
Sinopsis:
En 1972 los pacientes y doctores
del Sanatorio Stephens fueron brutalmente asesinados. Ahora, después de más de
40 años, el único sobreviviente regresará para encontrar que los fantasmas del
pasado no han podido descansar en paz desde aquel entonces.
Comentarios generales:
Siempre me ha parecido extraño
cuando se anuncia de manera repentina una secuela de alguna película de los 70s
u 80s con poco cartel debido a que los riesgos son enormes si consideramos que
muy probablemente muchos de los fans no vieron la original o, peor aún, ni
siquiera sabían que existía. Por ello Don't Look in the Basement 2 era una
apuesta arriesgada en muchos sentidos, pero gracias a que el hijo del creador
original estuvo involucrado en el proyecto el resultado fue mejor del esperado.
Y no es porque Brownrigg nos
regale una película revolucionaria ni mucho menos, más bien lo que hace es mantener
el legado de su padre al no inventarse nada y seguir la fórmula previamente
establecida, donde lo importante durante la primera media hora es resaltar el
aspecto mental mientras poco a poco se van revelando las conexiones con lo que ocurrió
en el pasado. Algo que sin duda no es tan interesante, ya que, si bien la
presencia de Sam añade misterio, lo cierto es que no es tan difícil descifrar por
qué empiezan a ocurrir cosas extrañas dentro del sanatorio y eso vuelve un
tanto repetitivas las acciones.
Es durante la segunda mitad
cuando las cosas adquieren un mejor tinte; primero porque se logra generar una
atmósfera setentera llamativa y, segundo, porque finalmente el aspecto
paranormal toma forma. Todo bajo un ritmo agradable que, combinado con algunas
dosis de comedia bien pensadas, termina proporcionando una dinámica variada en
donde se dan cambios de intensidad constantes por medio de alguna muerte
impactante o de alguna posesión bizarra. Aunque al hacer esto se sacrifica
demasiado al personaje de Sam, quien pasa de ser el centro de atención a un simple
espectador más sin el mayor peso en el desarrollo.
La parte final es sólida. El
nivel de intensidad aumenta de manera clara, al igual que la violencia, pero lo
verdaderamente destacado es el grado de locura que se logra reflejar con la
mayoría de los personajes dado a que ese es el punto central de la historia y ayuda
a que el desenlace sea uno esperanzador, lo cual ya no es muy común en estas
épocas.
Las actuaciones están ok, ninguna
resulta en extremo exagerada considerando que el aspecto mental juega un papel
fundamental dentro de la película y los toques cómicos están bien dosificados.
La producción es decente: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte
es muy genérica, el score está ok, los efectos prácticos están bien hechos y el
trabajo de maquillaje realmente no presenta nada que sobresalga.
Opinión final: Don't Look in the
Basement 2 está aceptable. No es ninguna maravilla, pero ofrece algunos buenos
momentos que la vuelven un buen complemento para su predecesora.
Ojometro:
***
***