Secuela directa de la película de
2013 dirigida por James Wan, quien ahora también comparte créditos como
co-escritor del guión junto a Carey Hayes, Chad Hayes y David Johnson. Se
estrenó en cines dentro de México apenas este pasado 9 de junio, mientras que
en los Estados Unidos hizo lo propio solo un día después.
Sinopsis:
En 1977 los investigadores Lorraine
(Vera Farmiga) y Ed Warren (Patrick Wilson) viajan al norte de Londres para
ayudar a una madre soltera con cuatro hijos cuya casa aparentemente está plagada
de espíritus maliciosos que pretenden hacerles daño.
Comentarios generales:
No suelo ser fan de las secuelas
de películas de alto calibre debido a que no importa lo que hagan, casi siempre
terminarán sintiéndose inferiores. Sin embargo, en esta ocasión se trataba de
una que contaba con la participación de todos los involucrados en la primera
entrega y su director era garantía, convirtiéndola así en una rara excepción que
me llamaba bastante la atención y que al final no me decepcionó en lo absoluto.
Ya que The Conjuring 2, si bien no es una obra maestra absoluta, terminó siendo
una de las mejores secuelas dentro del género que he visto en mucho tiempo.
Y es que fiel a su estilo, Wan
nuevamente nos trae una película pensada para que el espectador este en alerta
todo el tiempo desde la primera escena por medio del uso de los métodos más
elementales del género, pero ahora también recurriendo a otra estrategia que le
ha dado buenos resultados en otros de sus trabajos como lo es el crear un
demonio aterrador y llamativo, cuya presencia sea increíblemente fuerte en las
dos horas de metraje.
Aunque esto no significa que solo se centre en querer hacerte brincar, ya que durante todo el primer acto lo que vemos es básicamente una historia dividida en dos partes: una con los Warren y otra con los Hodgson; donde el propósito general es brindarte un panorama amplio no solo sobre cómo estos personajes se ven afectados por los fenómenos que los rodean, sino también sobre la ridiculización a la que se ven expuestos.
Aunque esto no significa que solo se centre en querer hacerte brincar, ya que durante todo el primer acto lo que vemos es básicamente una historia dividida en dos partes: una con los Warren y otra con los Hodgson; donde el propósito general es brindarte un panorama amplio no solo sobre cómo estos personajes se ven afectados por los fenómenos que los rodean, sino también sobre la ridiculización a la que se ven expuestos.
Esto genera una sensación de
soledad muy fuerte para cuando ambas historias convergen, marcando un tono más
oscuro que se acentúa con la espléndida atmósfera y las aterradoras
manifestaciones de la pequeña Janet. Todo bajo un ritmo muy agradable, pero que
se puede tornar un tanto pesado en el segundo acto gracias a que aquí es la
parte donde se nota el conflicto de ideas natural por tener tantos responsables
del guión al entrar en una dinámica en la que se percibe poco progreso y
vemos algo de relleno mientras se decide que rumbo toma la historia. Lo cual no
es algo realmente terrible, sobre todo porque es aquí donde brindan algunas de
las escenas más potentes de toda la película.
La parte final presenta un giro
muy bien pensado, el cual en mi caso no vi venir. Ciertamente tiene un aire a
Insidious muy marcado, pero la manera en la que lo explican y lo resuelven hace
que no se sienta nada forzado; además de que los minutos finales cuentan con un
nivel de intensidad muy elevado que evitan que uno se ponga a pensar demasiado
al respecto.
Las actuaciones son muy sólidas,
tanto Farmiga como Wilson siguen cumpliendo a la perfección con sus roles y
muestran una química brutal en pantalla; sin embargo, quien a mi juicio se
lleva todas las palmas es la joven Madison Wolfe (Janet). No solo su
interpretación es muy física, sino que además durante toda la película logra
reflejar un temor muy fuerte que hace que el espectador sienta realmente mucha
empatía y se involucre emocionalmente con ella.
La producción de muy buena
factura: el trabajo de fotografía es estupendo y es parte fundamental para la atmósfera
resulte tan efectiva, la dirección de arte es impecable, el score es genial, el
trabajo de sonido en cine resulta espectacular, los efectos son una buena
combinación prácticos/CGI y la cuestión de maquillaje está bien hecha.
Opinión final: The Conjuring 2 es
una muy buena película. No está a la altura de su predecesora, pero vale mucho
la pena.
Ojometro:
*****
*****