Película escrita y dirigida por Justin
M. Seaman, quien hace su debut dentro del género. Salió directamente en DVD
(además de una versión limitada en VHS) el pasado mes de diciembre, aunque de
momento solo se puede conseguir mediante su tienda oficial.
Sinopsis:
Es Halloween de 1989 y dos buenos
amigos tratan de disfrutar la que será su última noche juntos en esta
festividad antes de graduarse de la preparatoria. Sin embargo, los problemas
los siguen cuando junto con otro grupo de amigos encuentran un viejo granero
abandonado donde duermen fuerzas malignas que, sin saberlo, las han despertado.
Comentarios generales:
La década de los 80s tiene algo
que nos obsesiona a todos los fanáticos del cine de terror, es una época
prácticamente legendaria para el género y aquellos que no tuvieron la oportunidad
de vivirla por lo general esperan ansiosos una pequeña
probada de esta. Algo que saben varias personas allá afuera y eso mismo ha provocado
una oleada de proyectos que pretenden recrear dicho aire ochentero, pero solo
unos cuantos han logrado recuperar toda esa esencia de manera casi perfecta como The Barn.
Una película con la que desde el
primer minuto Seaman muestra su amor por el género de terror, por la década de
los 80s y, sobre todo, por la noche de Halloween. Ya que es en base a esta
festividad con la que se construye toda una historia de tinte serie B que para muchos podría parecer
simple o sin mucho sentido, pero que en realidad involucra muchas reglas y leyendas a las cuales
tienes que ponerles atención para entender lo que está por venir; complementadas
con elementos que no podían faltar en un cuasi slasher como personajes estereotipados
y rebeldía juvenil. Al igual que con una cantidad de referencias ochenteras muy
bien logradas (¡Dr. Rock!) que hacen del primer acto uno muy entretenido por todo
lo que engloba.
Hasta ahí las cosas son agradables, sin embargo, es con el segundo acto cuando toman un rumbo más definido al darse las muertes esperadas y demás elementos estándar; aunque en realidad lo que lo hace
interesante es el hecho de que estos tres demonios tienen su propia leyenda detrás
que les brinda una identidad única y que representan en su totalidad el
Halloween. Proporcionándoles así un elemento importante en su forma de
accionar, ya que cuando están solos son un peligro que puede ser manejable; en
cambio, si estos andan juntos, se vuelven una amenaza a gran escala que puede
acabar con un pueblo entero.
Un aspecto que le permite al director poder
presentar diferentes tipos de situaciones amenazantes, no solo para producir
encuentros directos con los jóvenes, sino también para generar una escena a “mayor
escala” que muestre de manera importante el despliegue de efectos prácticos en
todo su esplendor y así conseguir todos los propósitos establecidos de una u otra forma, siendo su único problema significativo la parte final.
La cual resulta un tanto repetitiva y con ello provoca que el ritmo ágil que se había mantenido previamente disminuya un poco y no la haga tan emocionante. Algo que es un tanto fastidioso pero una vez superado las cosas toman buen rumbo para ofrecer una conclusión que dejará contentos a
la mayoría, a pesar de cierta falta de claridad.
De las actuaciones hay que decir que sin duda son exageradas, pero así estaba planeado y cumplen su propósito. Aunque lo
verdaderamente llamativo es la producción,
no porque sea espectacular, sino porque es impresionante ver la fidelidad que
lograron en cada detalle; al grado de que si no sabes de antemano que es una
película de 2016 definitivamente creerás que salió en 1989.
El trabajo de fotografía es
descuidado a propósito, la dirección de arte correcta, el score es espectacular
y cumple una función muy importante, el trabajo de sonido es sólido, los
efectos son prácticos en su mayoría y la labor de maquillaje está bien hecha.
Opinión final: The Barn la
disfruté bastante. Es un gran homenaje al cine de terror serie B de los 80s que se debe
de tomar como tal, ya que de lo contrario no los va a convencer.
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