Primer largometraje del director Joseph
P. Genier, cuyo guión fue escrito por Patricia Harrington. La película salió
directamente en Netflix el pasado 9 de mayo, pero no hay información sobre si
saldrá en formato físico.
Sinopsis:
Desesperado por salvar a su
prometida Emily (Ellen Hollman) de un demonio que ha tomado posesión de su
cuerpo, William (Will Kemp) recurre a su sacerdote de toda la vida para que lo
ayude.
Comentarios generales:
No diría que vivimos en una época
en donde las películas sobre exorcismos están de moda porque ciertamente estas nunca
han dejado de estar presentes, pero desde un tiempo a la fecha ha sido evidente
que la mayoría de estas siguen un patrón muy similar que difícilmente presenta
cambios radicales. Lo cual no creo que sea precisamente malo, pero gracias a
esto se ha vuelto complicado que esta clase trabajos me generen emoción ante lo
predecibles que resultan y con The Secrets of Emily Blair eso no cambio
demasiado.
La verdad debo de reconocer que
por lo menos Harrington y Genier le ponen velocidad a las cosas para que en
cuestión de minutos se dé la posesión, lo cual da un margen de maniobra amplio
para poder realizar lo que les plazca con el personaje de Emily justificando
todo bajo la excusa de que no es ella quien realiza todas esas cosas. Un
aspecto que logra ofrecer un par de momentos interesantes pero que con el pasar
de los minutos va perdiendo fuerza principalmente por la manera en la que el
resto de los personajes reaccionan ante dicho comportamiento, provocando así
que desde muy temprano la película caiga en un ritmo no muy agradable que te
hace sentir que todo avanza muy lento.
Ya entrado el segundo acto la
historia adquiere una estructura mucho más clásica cuando se refiere a posesiones,
sin embargo, las escenas diseñadas para proporcionar los niveles de impacto
necesarios en ocasiones resultan algo cómicas (principalmente por culpa de los
efectos) y además el hecho de que nunca se expliquen de manera adecuada los
motivos por los cuales el demonio eligió a Emily provoca un vacío importante.
Uno que resulta mucho más evidente cuando el sacerdote presentado resulta incompetente
y decide buscar ayuda, algo que luce como una simple excusa para añadir con
calzador un pequeño conflicto que, al igual que básicamente todo lo que ocurre
aquí, no recibe demasiada profundización en cuanto a los problemas del pasado
entre ambos personajes y solo integra a alguien más en la dinámica para
generarte más preguntas (¿Por qué diablos el demonio conocía al otro
sacerdote?).
La parte final tampoco tiene
mucho para destacar. El exorcismo es totalmente anti climático, carece de
fuerza y al final de cuentas no se responden las preguntas que el espectador
lleva teniendo en su cabeza por más de una hora. Incluso dejan la posibilidad
abierta para una secuela bajo algo que no tiene gran sentido precisamente por
la nula explicación previa.
De las actuaciones no hay mucho
que destacar, la única que hace algo un poco más llamativo es Ellen Hollman con
su doble personalidad pero tampoco es algo tan espectacular como para elevar el
nivel de la película por sí sola. La producción cumple, salvo por un detalle: el
trabajo de fotografía está ok, la dirección de arte no tiene mucho, el score es
discreto, el trabajo de sonido es bueno y la labor de maquillaje sólida; sin
embargo, toda la cuestión de efectos deja mucho que desear.
Opinión final: The Secrets of
Emily Blair es bastante olvidable. Una película genérica sobre exorcismos que
pasará sin pena ni gloria.
Ojometro:
**
**