Película dirigida por Travis
Zariwny (Intruder, Cabin Fever), cuyo guión fue escrito por Rob Kennedy. Se
estrenó directamente en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 19 de enero,
pero todavía no hay información sobre si llegará a otros mercados o sobre si
tendrá lanzamiento en formato físico.
Sinopsis:
Una chica adolescente y sus
amigos encuentran un juego en el ático de la casa de su inestable abuela, el
cual consiste en seguir una serie de extrañas reglas. Al inicio no parece tener
ningún sentido, pero con el paso de los minutos se darán cuenta que han
despertado a un ente maligno popularmente conocido como The Midnight Man.
Comentarios generales:
Cuando cuentas con dos nombres
del calibre de Robert Englund y Lin Shaye es un hecho que tendrás a todo el
mundo mirando cuidadosamente tu producto sin importar si se trata de una
producción grande o pequeña, ya que su trayectoria dentro del género los
respalda como para pensar que podemos ver algo digno estando ellos en pantalla.
Sin embargo, cuando hablamos de películas basadas en creepypastas todo eso no
importa debido a que, si algo nos ha enseñado la historia reciente, es que
estas adaptaciones suelen ser bastante malas y en el caso de The Midnight Man
no podemos decir haya sido la excepción.
Un resultado que en gran medida
se debe a las propias reglas que le dan vida al juego en el que se sustenta la creepypasta,
ya que después de un prólogo que te vende una historia bastante sangrienta el
director no sabe cómo mantener ese tono precisamente porque tiene que darle importancia
a estas. Lo cual es un problema debido a que dichas reglas son demasiadas y eso
provoca que el primer acto se sienta excesivamente largo al tener que destinar gran
parte de este a establecerlas de manera lenta mientras te exponen al personaje
senil de Anna (Shaye) con un comportamiento que raya en lo caricaturesco y a un
par de adolescentes que llevan a cabo acciones genéricas para entender lo que
hay detrás del juego.
Esto hace que el ritmo sea
cansino desde temprano y que la aparición de The Midnight Man carezca de
impacto, ya que aunque si existen esfuerzos por querer presentarlo como una
amenaza importante por medio de escenas visualmente llamativas, a este nunca
puedes tomarlo en serio gracias a que todo lo que hace son persecuciones por la
casa sin gran chiste; además de que su voz es más cómica que otra cosa.
Igualmente, justo cuando hace
acto de presencia se empiezan a integrar elementos de manera conveniente para
darle algo más de sustancia a la historia, tales como el incluir un nuevo
personaje de la nada que principalmente sirve como carne de cañón, un momento
romántico o flashbacks cuyo principal objetivo es tratar de darle algo de
sentido al comportamiento de la abuela. Esto último siendo más relevante de lo
que parece porque cambia en cierta medida el propósito de dichas reglas.
Situación que abre la puerta a
ciertas libertades para que The Midnight Man termine imponiendo sus propias
condiciones con el afán de volver impredecible lo que va a ocurrir en el
desenlace, a pesar de que realmente es muy sencillo saber qué es lo que hará
para lograr su cometido por un guiño que te dan desde temprano.
Las actuaciones no son nada para
presumir: Lin Shaye alcanza niveles caricaturescos del tipo que uno vería en
Scooby Doo, Robert Englund solo aparece a lo mucho 5 minutos y los adolescentes
no te inspiran absolutamente nada. La producción es donde queda mejor parada:
el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte es bastante buena, el
score es buen complemento, el trabajo de sonido no tiene fallos, la mayoría de
los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje cumple.
Opinión final: The Midnight Man
es decepcionante. Una película que tenía elementos para funcionar y que termina
fallando de manera estrepitosa.
Ojometro:
**
**