Primer largometraje de los
directores Ayush Banker y Justin LaReau, quienes además comparten créditos como
co-escritores del guión junto a Michelle Beyda-Scott y Helene Gonze. Se estrenó
directamente en VOD el pasado 12 de enero dentro los Estados Unidos, aunque
todavía no hay información sobre si saldrá en formato físico.
Sinopsis:
En el pequeño pueblo de Crestwick
un escéptico doctor se ve forzado a confrontar demonios del pasado para poder
salvar la vida de una adolescente que ha sido poseída en la casa que antes él habitaba.
Comentarios generales:
“Inspirada en hechos reales.”
Esta simple línea por lo general
es suficiente para que mis dudas se disparen, ya que especialmente en trabajos independientes
es una táctica de marketing sobreexplotada que hoy en día, más que provocar
curiosidad, solo provoca miedo ante la posibilidad de ver algo atroz. Un
escenario que con A Demon Within parecía probable considerando muchos factores
que la rodeaban pero creo que al final, aunque la película es mala, no es esa aberración
que me imaginaba que sería gracias a dicha línea inicial.
Principalmente porque se trata de
una historia que no pretende descubrir el hilo negro y
complicarse la vida en exceso, por lo cual ambos directores tienen un camino simple que seguir; aunque no sin problemas obvios. Unos que
claramente se le pueden atribuir al hecho de que cuatro personas fueron quienes
escribieron esto y durante la primera parte del metraje se nota a todas luces
al no existir un rumbo fijo, ya que en lugar de centrarse en el
tema de la posesión de la chica adolescente, mejor optan en mezclarla con un
tema amoroso muy superficial que involucra a su madre; provocando con esto
minutos sumamente aburridos en los que se enfocan en nimiedades y eliminan el impacto
de cualquier suceso ajeno al no darle el seguimiento adecuado.
Realmente todo lo referente al
cambio progresivo de Charlotte es tratado de manera muy vaga por medio de
escenas bastante distanciadas que muestran poco en pantalla, situación que
resulta problemática porque impide una efectiva construcción de sustos o suspenso.
A eso también hay que agregarle el hecho de que tampoco te proporcionan demasiada
información con respecto al demonio que se encuentra dentro de la casa, a lo
mucho te muestran un flashback y de ahí en fuera es cuestión de asumir ciertas
cosas por medio de lo que ocurre con la madre y un sacerdote que de manera
conveniente aparece para revelar aspectos que en un par de minutos vuelven
obsoleto lo mostrado previamente.
La parte final diría que se desarrolla
de manera adecuada a pesar de que hay detalles que lucen algo caricaturescos
tanto por las actuaciones como por los efectos especiales utilizados. El nivel
de intensidad es mayor gracias al exorcismo y además logran integrar un giro que, por lo menos, genera cierta
sorpresa por lo bien que lo ocultaron.
En el tema de las actuaciones todas son muy planas para tratarse de una temática que por lo general exige
un nivel de intensidad y emociones mucho mayor, aunque Patricia Ashley (Charlotte)
en su etapa poseída no lo hace tan mal. La producción es muy limitada y eso se
nota: el trabajo de fotografía no es lo mejor, la dirección de arte es pobre,
el score está pasable, el trabajo de sonido tiene ciertos fallos, los efectos
parecen hechos con software de 1995 y la labor de maquillaje es muy discreta.
Opinión final: A Demon Within es
una película más de exorcismos. Nada terrible, pero tampoco nada para recordar con afecto después de cinco minutos.
Ojometro:
**
**