Película dirigida por Rolfe
Kanefsky (Nightmare Man), quien además comparte créditos como co-escritor del
guión junto a Michael y Sonny Mahal. Se estrenó directamente en VOD dentro de
los Estados Unidos el pasado 13 de abril, aunque no hay información sobre si
saldrá en formato físico.
Sinopsis:
Cuando un autobús plagado de
sexys jóvenes adultos se descompone en medio del desierto una masacre da inicio
al ser víctimas de un culto satánico. Los sobrevivientes son pocos y se
encierran en el vehículo, pero pronto se darán cuenta que uno de ellos no es lo
que aparenta.
Comentarios generales:
Después de ver el trailer no era
muy complicado saber qué era lo que me esperaba con Party Bus to Hell, así
que mis expectativas se encontraban en los niveles más bajos posibles. En
realidad lo que me generaba más curiosidad era saber las razones por las cuales
actrices de cierto renombre habían aceptado aparecer en un trabajo como este,
lo cual sin duda tuvo que ser un buen cheque debido que se trata
más que nada de un capricho de alguien cuyo valor es prácticamente
inexistente.
Y es que lo que nos trae Kanefsky
es cine serie b del peor que puede haber, ese que es malo no tanto por sus
limitantes de presupuesto, sino por el simple hecho de que su historia no
genera el más mínimo grado de interés; incluso para los parámetros existentes
dentro de esta clase de películas. Ya que en esencia es softporn con humor muy estúpido
en el que la única meta es llegar a la escena de sexo lo más rápido posible mientras
se presentan personajes extravagantes con disfraces de cualquier tipo y a Tara
Reid corriendo por el desierto sin tener gran influencia en la trama.
En eso consiste todo lo que verán,
no hay sustancia y la poca elaboración que existe es demasiado básica al girar
en torno a aspectos satánicos vistos miles de veces, los cuales se terminan
perdiendo ante la prisa por querer ofrecer más sexo y desnudos. Todo para
llegar a un final sin gran chiste, aunque sí con un poco más de violencia que
hacen de esta parte al menos algo entretenida.
Las actuaciones son lo que uno se
imagina: exageradas e incluso rayando en lo caricaturesco por los diálogos que
se manejan. La producción es de presupuesto exageradamente limitado: el trabajo
de fotografía es malo, el score es pasable, el trabajo de sonido tiene fallos,
los efectos en su mayoría son de un CGI de pésima calidad y la labor de
maquillaje es probablemente lo mejor.
Opinión final: Party Bus to Hell
es espantosa. Uno de esos fallidos intentos de cine serie b que solo les hará
perder su tiempo.
Ojometro:
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