Película dirigida por Sonny
Mallhi (Anguish), quien además comparte créditos como co-escritor del guión
junto a Nick Savvides. Se estrenó directamente en Netflix a nivel mundial
durante el mes de mayo, pero todavía no hay información sobre si llegará a
salir en formato físico.
Sinopsis:
Ellie (Vinessa Shaw) es una
adicta en recuperación que se muda con sus hijos a otra ciudad para iniciar una
nueva vida. Sin embargo, su lucha por mantenerse limpia dará un giro cuando
conozca a un misterioso individuo cuya adicción es algo totalmente distinto y
la cambiará por siempre.
Comentarios generales:
Hacer cine de vampiros en la
actualidad es algo arriesgado, la gente sigue muy molesta después de la
ridiculización que estos sufrieron hace diez años atrás y prácticamente
cualquier cosa que no sea regresar a los orígenes suele ser muy cuestionado. Esto
provoca que las películas tengan un panorama complicado desde que son
anunciadas, es algo que sigue siendo muy común y definitivamente Family Blood no
será la excepción.
Esto porque lo que nos regala
Mallhi es un trabajo que pretende tratar el tema de los vampiros desde un
escenario mucho más humano y no tanto bajo los elementos sobrenaturales que
estos traen adheridos por naturaleza, enfocándose principalmente en los
problemas de una madre cuya vida es de todo menos sencilla. Situación que
provoca que las cosas tengan un ritmo lento desde muy temprano y que, por lo
menos durante unos 25 minutos, la película ofrezca poco atractivo para el
espectador al enfocarse en problemas familiares y adolescentes que brindan
contexto, más no demasiadas cosas para destacar.
Es hasta que se pasa este punto
cuando el interés se eleva, principalmente porque se empiezan a integrar elementos
ligados con los vampiros de manera profunda para dar inicio con la
transformación de Ellie. Una que cuya progresión es lenta y que está lejos de
ser algo espectacular, pero que logra de manera acertada el empezar a generar
esa sensación de peligro constante ante su inestabilidad, lo cual además ayuda
a que el tono se vuelva uno mucho más oscuro y se logren realizar ciertos sustos
fáciles que de inicio resultan efectivos.
Lo malo es que esto no dura
demasiado. En gran medida porque el director abusa de dichos sustos para tratar
de mantener un nivel de tensión constante, pero también porque incluso con este
ritmo pausado hay situaciones que se sienten aceleradas y hacen que el proceso
de asimilación por parte de sus hijos no sea natural, sino más bien forzado por
la manera tan rápida en la que se adaptan a una situación tan anormal.
Esto hace que la llegada a la
parte final no sea la mejor, aunque eso no quita que sea entretenida.
Principalmente porque la violencia con la que cuenta añade la dosis de sangre suficiente
sin tener que salirse del enfoque humano que se manejó durante todo el metraje,
haciendo del desenlace uno bastante adecuado para lo que vimos.
En cuanto a las actuaciones creo
que Vinessa Shaw no lo hace nada mal, su lenta transformación es bastante
interesante de ver y su cambio radical resulta convincente; aunque si siento
que James Ransone (Christopher) está algo desaprovechado. La producción es
discreta: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte no tiene mucho
que destacar, cuenta con un buen score, el trabajo de sonido está bien cuidado,
los efectos son sencillos y la labor de maquillaje es sobria.
Opinión final: Family Blood está
ok. Definitivamente va a generar división por su ritmo, pero no creo que esté
de más darle una checada.
Ojometro:
***
***