Película dirigida por Nicholas
McCarthy (The Pact, At the Devil's Door) y escrita por Jeff Buhler. Se estrenó
en cines a inicios de año dentro de los Estados Unidos y México, recaudando
$14.8 millones de dólares en taquilla a nivel mundial. Su salida en formato
físico se dio el pasado 7 de mayo.
Sinopsis:
Sarah (Taylor Schilling) es una
madre preocupada por el perturbador comportamiento de su hijo Miles (Jackson
Robert Scott) y pronto empezará creer que algo sobrenatural es lo que está afectándolo.
Llevando su amor maternal a extremos que nunca se hubiera imaginado.
Comentarios generales:
Películas sobre niños diabólicos
no son ninguna novedad, han existido desde hace varias décadas atrás pero
siempre resultan llamativas debido a que por alguna razón esa pérdida de la
inocencia suele generar una curiosidad muy fuerte entre el público. Simplemente
el hecho de ver a un niño realizar cosas atroces vende, aunque también suele
limitar lo que ocurre en pantalla y eso resulta en una repetividad muy marcada;
simplemente todas se parecen y para nuestra mala suerte The Prodigy no está
exenta a ese fenómeno.
Lo cual es una pena porque lo que
nos trae McCarthy bien podría haberse diferenciado por un detalle en particular
que hace que esta historia, al menos durante el primer acto, no solo sea un
drama sin nada interesante. Sustentando las acciones en el extraño comportamiento
de Miles y su camino hacia la maldad para generar dudas con respecto a lo que
pudiera estar detrás, construyendo de paso una atmósfera oscura que ayuda a elaborar
ciertos momentos en los que sin presentar nada particularmente llamativo u
impactante se logra establecer que todos aquellos que se
encuentran a su alrededor están en grave peligro y no habrá ningún tipo de
excepciones.
Lamentablemente todo esto se va a
la basura cuando de manera incomprensible se decide revelar el secreto como a
los 35 minutos, destruyendo de golpe todo el misterio y con ello la novedad. Llevando
a que las cosas se vuelvan repetitivas desde muy temprano bajo la típica
dinámica del niño que oculta su verdadera personalidad, la cual complementan con situaciones diseñadas para
insertar sustos fáciles inefectivos o añadir cierta tensión, pero que no
terminan por aportar gran cosa gracias a que siempre se opta por resolverlas de
la manera menos arriesgada que se pueda.
Ante estos problemas la parte
final termina viéndose afectada, ya que lo que debería de sentirse como una
serie de minutos finales súper intensos solo se queda como una serie de eventos que, si bien logran añadir cierta fuerza y algo de impacto visual, nuevamente son resueltos de una manera que deja mucho que desear. En especial la conclusión.
De las actuaciones la verdad es
que Taylor Schilling está correcta con un personaje que no tiene nada destacado
y Jackson Robert Scott es por mucho el que más resalta debido a que por
momentos logra reflejar un nivel de maldad sumamente agradable. La producción
es sólida: el trabajo de fotografía está ok, la dirección de arte es simple, el
score tiene algunas cosas interesantes, el trabajo de sonido es bueno y lo
referente a efectos/maquillaje es muy discreto.
Opinión final: The Prodigy es decepcionante. Película con potencial que se queda corta por varias decisiones cuestionables.
Ojometro:
**
**