Primer largometraje del director John
Liang, quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Scott
Rashap. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados
Unidos el pasado 4 de junio, aunque todavía no hay información sobre si saldrá
en formato físico.
Sinopsis:
Las pacientes y el staff medico
de una recluido centro de tratamiento para drogas tendrán que pelear con algo
más que sus propios demonios cuando un misterioso asesino empiece a matarlos
uno por uno.
Comentarios generales:
Existen películas que no te
provocan ningún tipo de reacción cuando ves su trailer o lees su sinopsis,
simplemente asumes el riesgo de que el resultado puede ser extremo para bien o
para mal y empiezas a verla. No es algo tan común pero suele ocurrir, sobre
todo cuando te dedicas a escribir sobre cine durante todo el año y eso fue
precisamente lo que me pasó con Recovery.
Un trabajo bastante mediocre con
el cual Liang no hace su mejor presentación al regalarnos una historia con la
que nunca es capaz no solo de ofrecer algo relativamente fresco, sino en añadirle
por lo menos algo de viveza. Ya que desde el inicio lo que vemos no te
transmite nada y para colmo el personaje principal (Ronnie) es extremadamente
odioso como para que uno pueda sentir cierta curiosidad ante su situación,
convirtiendo así el primer acto en un aburridísimo viaje con discusiones y
peleas forzadas que tratan de añadir cierto contexto sin demasiado éxito.
Es hasta que se presenta la
primera muerte cuando las cosas adquieren un tono distinto y evidentemente el
misterio por saber quién es el asesino es lo que sustenta un segundo acto en el
que tampoco pasa demasiado. Todo se sigue centrando en el errático comportamiento
de Ronnie para generar dudas que por un momento resultan razonables, pero esto
dura poco y pronto lo que vemos empieza tornarse sumamente repetitivo.
Ocasionando así que los minutos que supuestamente tendrían que ser los más
tensos solo queden parados como anecdóticos gracias a que solo proporcionan
alguno que otro momento de impacto sin grandes consecuencias.
De la parte final por lo menos
tengo que reconocer que la relevación de la identidad del asesino está bien
manejada, incluso diría que es hasta algo sorpresiva y evidentemente lleva a la
parte más dinámica de toda la película. Donde se puede ver más violencia pero
en general solo se limita presentar persecuciones vacías y una resolución
anticlimática.
Las actuaciones no son para
destacar, Stephanie Pearson (Ronnie) como la protagonista nunca logra
provocarte ningún tipo de empatía y la actitud de su personaje cansa como a los
diez minutos; mientras que el resto del elenco solo está de adorno la mayoría
del tiempo. La producción es pequeña: el trabajo de fotografía está ok, la
dirección de arte y el score son genéricos, el trabajo de sonido cumple, los
efectos son muy básicos y la labor de maquillaje simple.
Opinión final: Recovery es
decepcionante. Película que pasará sin pena ni gloria y olvidarán en un par de
días.
Ojometro:
**
**