Película escrita y dirigida por
Ari Aster (Hereditary). Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos
durante el mes de julio, mientras que en México hizo lo propio apenas el pasado
20 de septiembre. Recaudando hasta la fecha $36 millones de dólares en taquilla
a nivel mundial.
Sinopsis:
Un grupo de amigos son invitados
a pasar el verano en un festival dentro de una remota villa en
Suecia. Al inicio parece que todo será un viaje llenó de placeres en la tierra
de la luz eterna, pero pronto las cosas tomarán tintes siniestros cuando los
pobladores empiecen a realizar actividades impactantes difíciles de creer.
Comentarios generales:
El año pasado Ari Aster irrumpió
dentro del género de terror de manera explosiva con una película que algunos
amaron y otros odiaron, pero que a nadie le fue indiferente. Ante esto
obviamente su siguiente trabajo sería uno muy esperado gracias a que quedó
bastante claro que su manera de hacer cine no es algo convencional y además
muchos queríamos saber si lo de “Hereditary” no fue solo un golpe de suerte,
pero después de ver Midsommar cualquier duda de mi parte ha sido eliminada.
Obvio con esto no quiero decir
que a quienes no les gustó su trabajo previo ahora lo vayan a amar, para nada;
de hecho, creo que difícilmente eso va a cambiar debido a que el director en
está ocasión incluso reta mucho más al espectador con una historia que,
irónicamente, es hasta cierto punto más convencional. Esto porque aquí en
verdad se toma su tiempo para desarrollar lo que quiere contar, empezando por
un extenso prólogo que se encarga de añadir sustancia a los personajes
principales y expone de manera concisa el drama en el que se van a sustentar
gran parte de sus acciones dentro de la villa.
Una villa que se podría decir que
es un personaje por sí misma, ya que una vez que se trasladan las acciones a Suecia
esta se vuelve una experiencia bastante surrealista ante tanta vida y colores
que la rodean, contrastando así con lo que normalmente se esperaría
considerando que se elimina un elemento fundamental dentro del género como lo
es la oscuridad. Lo cual parece exótico, pero conforme van pasando los minutos
esa belleza empieza a resultar inquietante ante el comportamiento de los
habitantes, proporcionando así misterio y acumulando poco a poco unos niveles de tensión
enormes que en cualquier momento pueden explotar.
Y créanme, cuando lo hacen es de
la manera más brutal posible. No se guardan nada, todo es muy explícito e
incluso grotesco, desatando así una oleada de rarezas dentro de una dinámica en
la que se van revelando las excentricidades de esta comunidad por medio de situaciones cargadas de humor negro en las que no solo el timing es
impecable, sino también la manera en la que se encuentran diseñadas para generar
shock en el espectador sin que se pierda ese hipnotismo logrado por el aspecto
visual que las envuelve.
Así las cosas avanzan de manera fluida y sin demasiados puntos muertos que puedan resultar problemáticos con el tiempo de duración, dejando el camino preparado para una parte final un tanto predecible, pero que ejemplifica la
locura y la destrucción mental/emocional a la perfección. Donde el impacto es
profundo ante la perturbadora naturaleza que existe detrás de los eventos y,
sobre todo, se le da un cierre con muchísima fuerza a la problemática establecida
desde el inicio.
Con respecto a las actuaciones
quien se lleva las palmas es Florence Pugh (Dani) gracias a un personaje que es
antipático por naturaleza, pero cuya destrucción progresiva es tremenda de ver
y poco a poco va generándote cierta empatía. Mención aparte merecen todos los
miembros de la villa, quienes desde el primer instante corren el riesgo de
resultar caricaturescos; sin embargo, estos logran mantener un equilibrio
adecuado y logran que su comportamiento, si bien por momentos te genere alguna
risa, casi siempre te resulte perturbador o incomodo.
La producción es de grandísima
factura: el trabajo de fotografía es magistral, la dirección de arte tiene un
gran lujo de detalle, el score es bueno, el trabajo de sonido impecable, los
efectos prácticos son estupendos y la labor de maquillaje cumple con lo
necesario.
Opinión final: Midsommar es una
gran película, de lo mejor de 2019. Un viaje brutal de emociones que sin duda no es para todo el
mundo y generará mucha polémica.
Ojometro:
*****
*****