martes, 15 de octubre de 2019

Crítica: Haunt (2019)


Película escrita y dirigida por Scott Beck y Bryan Woods (Nightlight). Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos durante el mes de septiembre, mientras que su salida en formato físico se dio este 15 de octubre.

Sinopsis:

En la noche de Halloween un grupo de amigos se encuentra con una casa embrujada “extrema” que promete alimentar sus peores temores. Al inicio todo es diversión un tanto extravagante, pero pronto su noche se convertirá en una experiencia mortal cuando se den cuenta de que algunas pesadillas se pueden hacer realidad.



Comentarios generales:

Las películas sobre atracciones en la noche de Halloween no son nada nuevo, pero en los últimos años han visto un incremento en su popularidad debido a que los estudios ya se dieron cuenta que es una fórmula simple que no involucra grandes gastos y, además, ofrece una dualidad que pocos subgéneros permiten. Ya que así como puedes ver una comedia también te puedes encontrar con algo mucho más violento que no se sienta forzado ante la falta de una premisa tan elaborada, siendo Haunt un ejemplo perfecto de esto.

Ya que lo que vemos aquí no es precisamente algo que vaya a ganar muchos premios por su originalidad, en realidad se trata de una historia demasiado básica con la que Beck y Woods muestran suficiente capacidad para hacer que este aspecto en ningún momento resulte problemático. En particular durante un primer acto que presenta a un grupo de personajes que no cuenta con nada especial más allá de alguno que otro estereotipo y con los cuales se genera una dinámica inicial sólida para ir revelando los oscuros secretos de la atracción por medio de una combinación acertada de humor y momentos diseñados para jugar con sus miedos mientras se establece una pequeña duda sobre si lo que ocurre es solo parte del acto o si hay algo más siniestro detrás.

Duda que evidentemente no dura demasiado debido a que las acciones no tardan en subir de tono y con ello la llegada de las muertes, provocando con esto un disparo en el nivel de intensidad pero también una serie de situaciones que cambian un poco lo que estamos acostumbrados a ver en esta clase de trabajos. Esto porque aquí se nos muestra un grupo de jóvenes más inteligentes que el promedio al realizar acciones en conjunto y no por separado, generando así que las cosas no estén tan cargadas para un solo lado inicialmente y los momentos de impacto puedan ir siendo dosificados para que la presencia de estos asesinos resulte más imponente.

Lo cual se logra con creces debido a que cuando revelan sus verdaderas identidades el impacto es considerable no solo por su imagen, sino también por el incremento en la violencia que estos representan. Llevando la película a territorios más familiares en los que se explota de mejor manera la atracción con algunos cuartos que representan un buen reto y añaden una sensación de peligro elevada para nuestra protagonista, además de que visualmente aportan buenas cosas.

La parte final es lo que no me dejó del todo convencido. Ciertamente no es mala y brinda un cierre potente, pero integran a un personaje que termina siendo irrelevante y te dejan totalmente en blanco con respecto a los asesinos cuando claramente había algo más que contar ahí.

Las actuaciones están bien para el tipo de película que es, siendo Katie Stevens (Harper) la que destaca en su labor de “final girl” por medio de una evolución interesante. La producción es de buena nota: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte está bien cuidada, el score no es gran cosa, el trabajo de sonido cumple, los efectos son sencillos (la mayoría prácticos) y la labor de maquillaje es bastante buena.

Opinión final: Haunt me gustó. Película divertida y sangrienta ideal para ver durante la noche Halloween.

Ojometro:
****