Película dirigida por Lorcan
Finnegan (Without Name) y escrita por Garret Shanley. Se estrenó en VOD dentro
de los Estados Unidos el pasado 27 de marzo, mientras que su salida en formato
físico recién fue confirmada para el próximo 12 de mayo.
Sinopsis:
Gemma (Imogen Poots) y Tom (Jesse
Eisenberg) son una joven pareja que está pensando adquirir su primera casa.
Un día visitan una agencia donde son recibidos por un extraño agente de ventas
que rápidamente los lleva a un peculiar desarrollo de casas donde quedarán
atrapados en la pesadilla surrealista de la vida cotidiana.
Comentarios generales:
Una de las películas que más
ruido hizo durante la etapa de festivales en 2019 fue Vivarium, así que era
natural que mi interés por esta fuera en aumento conforme avanzaban los meses.
Aunque también debo de decir que al tener 17 nombres ligados bajo algún tipo de
rol como productores me generaban ciertas dudas debido a que esa es una señal
poco alentadora en cuanto a la visión original del proyecto; sin embargo, a
pesar de esto el resultado final ha sido bastante agradable.
Lo cual sin duda me hace lamentar
que la película no se pudiera estrenar en cines gracias a la situación actual
que se vive en el mundo, ya que lo traído por Finnegan y Shanley merecía tener
ese tipo de exposición gracias a que convierten algo que bien pudo haber sido
un simple clon de algún episodio de The Twilight Zone en una mezcla de géneros muy
entretenida con la que, además, salen avantes de casi todos los riesgos que
toman.
Ya que estamos ante una historia
a la que no le toma más de 15 minutos para establecer la problemática central,
haciendo con esto que existan altas probabilidades de que lo mostrado se torne
aburrido o repetitivo demasiado rápido, pero la realidad es que dicho
contratiempo no se da de manera tan acelerada como piensas. Esto porque desde
muy temprano el director muestra gran habilidad para hacer que rutinas simples resulten
interesantes con algunos ajustes que involucran determinadas metas para
nuestros protagonistas en su búsqueda por salir del lugar (ejemplo: caminar
directo al sol) y que, al combinarse con la vibrante locación, en todo momento
logran generar una sensación de extrañeza bastante peculiar.
Por si esto no fuera suficiente,
las rarezas se incrementan cuando hace acto de presencia un niño y con ello se
llega al que es el mensaje más evidente de la película: el estancamiento de la
vida familiar en los suburbios. Todo por medio de la monotonía que involucra
criarlo debido a las exigencias que requiere,
aunque en realidad esto es solo una parte del sufrimiento gracias a que también
se expone la pesadilla que significa vivir la misma rutina una y otra vez casi en automático,
desgastando así a unos personajes cuyo desarrollo no es el más complejo pero
van manifestando diversos cambios que los llevan a lidiar con la situación de
manera distinta.
Hasta aquí todo va bien. Sin
embargo, también hay que decir que dicha
monotonía provoca que el ritmo decaiga y con ello se den los que son indudablemente
los momentos más flojos durante el segundo acto debido a que se le empiezan a
dar muchas vueltas al misterio sin que se sienta un avance concreto.
Situación que se soluciona
llegando a la parte final. No tanto porque se ofrezcan muchas respuestas claras
(casi todo se deja a la interpretación), sino porque los elementos sci-fi adquieren mayor peso y gracias a eso te puedes dar una idea sobre lo que
hay detrás. Además de que la intensidad añadida ayuda a que el cierre resulte
mucho más efectivo.
Las actuaciones son muy buenas,
con un Jesse Eisenberg en un papel mucho más serio a lo que nos tiene
acostumbrados y el pequeño Senan Jennings haciendo una labor por varios lapsos
inquietante; aunque sin duda quien más resalta es Imogen Poots. Ella es quien
carga con todo el peso emocional de la película y en verdad lo hace de manera
genial al ofrecer un viaje de emociones que van desde la felicidad hasta el miedo,
la ira o incluso un muy discreto amor maternal.
La producción también es de buena
factura: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte es impecable,
cuenta con un buen score, el trabajo de sonido es limpio, los efectos son
simples y la labor de maquillaje es discreta.
Opinión final: Vivarium me gustó.
Película extraña y con tintes más cargados hacia el sci-fi que no es para todos
los gustos, pero que vale la pena darle una oportunidad.
Ojometro:
****
****