Película basada en la serie del
mismo nombre dirigida por Jeff Wadlow (Truth or Dare), quien además comparte
créditos como co-escritor del guión junto a Jillian Jacobs y Christopher Roach.
Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos a mediados de febrero,
recaudando $47.3 millones de dólares en taquilla a nivel mundial; mientras que
su salida en formato físico se dio el pasado 19 de mayo.
Sinopsis:
El enigmático Mr. Roarke (Michael
Peña) hace que las fantasías de sus afortunados huéspedes se vuelvan realidad
en una lujosa isla remota. Pero cuando dichas fantasías se convierten en
pesadillas, los huéspedes tendrán que sobrevivir al caos a como dé lugar.
Comentarios generales:
Mis únicas referencias con
respecto a la serie de los 70s son algunos comentarios por parte de mis padres
que la llegaron a ver debido a que gozó de cierta popularidad en México, así
que me fue indiferente la polémica sobre si esta adaptación resultaba algo muy
alejado a lo que era el material original. En realidad mi verdadero temor con
Fantasy Island recaía en el hecho de que el equipo detrás de esta producción era
el responsable de traernos una de las peores películas que ha sacado Blumhouse en
años recientes, el cual queda claro que no aprendió absolutamente nada de dicha
experiencia.
Y es que lo que nos trae Wadlow es
de una calidad similar, aunque con el agregado de que el presupuesto es mucho
mayor y el concepto como tal daba pie para ofrecer cosas mucho más originales
con las que se pudiera hacer algo por lo menos entretenido. Sin embargo, lo que
nos encontramos es una historia que por grandes lapsos pareciera ser una mezcla
de varias películas completamente distintas en la que lo único que más o menos
funciona es una primera media hora en donde se va directo al grano con el tema de las
fantasías y, gracias al constante cambio de escenarios que involucran, se logra
generar un ritmo ágil que ayuda a ocultar de cierto modo varias de las
carencias ligadas al desarrollo o los diálogos ridículos.
Un golpe de suerte que no dura demasiado debido a
que con el pasar de los minutos empieza a ser evidente que lo que vemos no
tiene demasiada lógica y ante eso se inserta de golpe un giro que trata de
brindarle una explicación que resulta incluso más ridícula. Ocasionando con
esto que la acción se intensifique, pero sin que esta lleve a escenarios
interesantes; simplemente las cosas ocurren de manera random hasta que, otra
vez, se vuelve a presentar un giro concebido esencialmente para añadir misterio
rumbo a la parte final.
Lo cual no se escucha mal, de
hecho, podría parecer una decisión sensata considerando el desastre que se
generó sin demasiado esfuerzo. Aunque para nuestra mala fortuna los minutos
finales son por mucho los peores.
Y es que por increíble que
parezca se nos presenta un TERCER giro que acaba con la poca coherencia que
todavía quedaba, llevando a extremos ridículos el tema de las fantasías con una
justificación demasiado estúpida y un cierre que se siente complemente
irrelevante.
En las actuaciones tenemos a un
Michael Peña que no encaja en el rol de Mr. Roarke, una Lucy Hale (Melanie)
carente de carisma para ser la protagonista y un resto de secundarios muy
planos. La producción es de factura decente: el trabajo de fotografía es muy
simple, la dirección de arte cumple, el score no es nada del otro mundo, el
trabajo de sonido es sólido, los efectos tienen altibajos y la labor de
maquillaje es decente.
Opinión final: Fantasy Island es
bastante mala. Un decepcionante intento para tratar de revivir una idea del
pasado.
Ojometro:
**
**