Película mexicana dirigida por Diego
Cohen y escrita por Ruben Escalante Mendez. Se estrenó en cines dentro de
México durante el mes de enero, mientras que actualmente ya se encuentra
disponible en Netflix.
Sinopsis:
Para lograr expulsar un demonio,
a veces hay que serlo. Y tanto el padre Tomás (Eduardo Noriega) como su socio
Karl (Eivaut Rischen) se verán en una lucha por encontrar el bien enfrentando
al mal contra… ¿el mal?
Comentarios generales:
El cine de terror mexicano sigue
en su largo proceso para encontrar nuevamente el sitio relevante que alguna vez
tuvo, abriéndose cada vez más a ideas que hasta hace no mucho era casi
imposible que se aceptaran debido a que para varias personas significaban un
tipo de sumisión ante el cine comercial estadounidense. Eso ha brindado cierta
variedad que con el paso del tiempo puede dar frutos y expandir los horizontes
de las producciones mexicanas; sin embargo, dudo muchísimo que La marca del
demonio sea de gran ayuda en ese aspecto.
Ya que lo que nos presenta Cohen
es malo, muy malo. Sin duda de lo peor que he visto en lo que respecta a
películas mexicanas y de la que no hay mucho que se pueda escribir.
Simplemente se trata de una
historia con una idea interesante que es terriblemente mal ejecutada y que
falla en todos los apartados importantes, dejando así un producto que a pesar
de su corta duración (82 minutos) se siente como si durara tres horas debido a
que no existen demasiadas cosas que hagan dinámico el desarrollo y gracias a
eso el ritmo se vuelve tremendamente pesado sin que cambie en lo absoluto
durante todo el metraje. Dando lo mismo si se te presenta una posesión, un
flashback o algún momento de impacto.
Todo para llegar a uno de los enfrentamientos finales más desangelados y mal producidos que recuerde.
Las actuaciones también son
bastante lamentables, por ahí Rischen y Noriega tienen algunos breves momentos
correctos, pero en general todos los involucrados se sienten forzados y sin
saber cómo manejarse dentro de una película de este tipo. En lo referente a la
producción es donde tiene sus pocos buenos atributos: el trabajo de fotografía
es decente, la dirección de arte es muy básica, el score cumple, el trabajo de
sonido es bastante malo, la labor de maquillaje está ok y los efectos no son taaan
malos, pero dejan mucho que desear.
Opinión final: La marca del
demonio es terrible. Sin duda una de las peores películas del 2020.
Ojometro:
*
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