Producción mexicana dirigida por Rodrigo Fiallega y escrita por Molo Alcocer Délano. Se estrenó en cines en México durante el mes de mayo, mientras que su salida en VOD y formato físico se dio el pasado 9 de agosto.
Sinopsis:
Después de la muerte de su madre, Carmen (Camila Sodi) descubre que heredó la casa de su abuela. Lugar que decide visitar sin saber que esconde oscuros secretos sobre su pasado.
Comentarios generales:
Uno de los principales problemas con el cine de terror mexicano actual es el querer replicar lo que vemos en el cine estadounidense al pie de la letra, olvidándose por completo de la identidad que alguna vez llegó a tener. Evidentemente no es algo exclusivo de mi país y tampoco lo considero como algo terrible, pero para que esto funcione se debe de tener una gran habilidad al replicar tanto el aspecto visual como el narrativo y El Exorcismo de Carmen Farías logra lo primero, aunque falla bastante en todo lo demás.
Y es que lo que presenta Fiallega se sustenta de manera marcada en ideas tan desgastadas que termina ofreciendo una historia que desde muy temprano se vuelve aburrida y en la que realmente uno puede ir adivinando sin demasiados problemas cuáles serán las situaciones que vendrán con el pasar de los minutos. Dejando así gran parte del atractivo en un apartado visual bien cuidado y en la generación de una atmósfera que ayuda a que la casa resulte un lugar lo suficientemente tétrico como para que por lo menos te interese la manera en que van a explotar dicho espacio para mover hacia adelante una trama tan simple.
Lo cual evidentemente no logran de manera atractiva debido a que el visionado se vuelve más y más pesado con el pasar de los minutos; en gran parte por lo increíblemente obsoletos que lucen todos los recursos para lograr sustos fáciles (que además carecen de un timing adecuado), pero también por el tiempo que se tardan para revelar aspectos fundamentales ligados al propio exorcismo. Ya que por alguna razón se tiene miedo a mostrar de más, todo lo van soltando por pedacitos y eso, en lugar de ayudar a la construcción del frágil misterio, solo hace que el ritmo se haga lento e incluso se genere una sensación de que simplemente le están dando vueltas a lo mismo para que sea la parte final la que resuelva los problemas existentes.
Algo que resulta contraproducente debido a que, si bien esta es la mejor parte de la película, también es cierto que se siente acelerada. Con la intervención de uno de los sacerdotes más ineptos que recuerde y un cierre genérico que al menos cuenta con un nivel de intensidad correcto.
En lo que respecta a las actuaciones realmente la película era un capricho para explotar la popularidad de Camila Sodi, quien no da el ancho para este tipo de personajes. Esto porque se le dificulta bastante el poder manifestar diferentes tipos de emociones para que no luzca tan acartonada en momentos específicos de mayor importancia.
Sobre la producción, es donde claramente tiene sus mayores fortalezas: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte está bien cuidada, el score es sólido, el trabajo de sonido es limpio, los efectos están bien hechos salvo por contadas excepciones y la labor de maquillaje cumple.
Opinión final: El Exorcismo de Carmen Farías es aburrida. Una película genérica de exorcismos que pasará sin pena ni gloria.
Ojometro:
**