viernes, 6 de agosto de 2021

Crítica: Werewolves Within (2021)

Adaptación del videojuego del mismo nombre dirigida por Josh Ruben (Scare Me) y escrita por Mishna Wolff. Se estrenó de manera limitada en cines dentro de los Estados Unidos a inicios de julio, mientras que su salida en formato físico se dio unos días después el 19 julio.

Sinopsis:

Cuando una tormenta de nieve deja incomunicado al pequeño pueblo de Beaverfield, el nuevo guardabosque de nombre Finn (Sam Richardson) y la trabajadora postal Cecily (Milana Vayntrub) tendrán que mantener la paz entre una comunidad dividida. Y resolver el misterio detrás de una criatura que los ha empezado a cazar.


Comentarios generales:

Nunca he jugado Werewolves Within y por lo consiguiente no sabía que esperar con esta adaptación; sin embargo, el historial de grandes bodrios en lo que se refiere a películas basadas en videojuegos no me hacía tener demasiada confianza. Simplemente se sabe que en la industria del cine no piensan que las historias de videojuegos valgan la pena y por lo regular el esfuerzo es mínimo en esta clase de proyectos, aunque en esta ocasión no lo hicieron nada mal.

Y es que lo traído por Ruben y Wolff es bastante disfrutable siempre y cuando uno no busque encontrar cantidades de sangre o violencia al por mayor, ya que en realidad estamos ante una comedia de terror muy ligera en la que por momentos ni siquiera parece que tenga algo que ver con el género. Ya que en si la historia se carga más hacía el misterio que en los hombres lobo en general y por ende le dedica mucho tiempo en su primera parte a la presentación de un conjunto de personajes sumamente peculiares y llenos de estereotipos con los que no solo te van plantando las dudas sobre quién podría estar detrás de los asesinatos, sino que además establecen de manera clara el tipo de humor que predominará.

Todo bajo un ritmo ágil que evita que tanto dialogo convierta pesada la experiencia hasta que entra en juego el tema del hombre lobo, el cual se da manera simple y sin nada de espectacularidad, pero que funciona de buena forma para que a partir ahí las acciones tengan mayor frenetismo. Además de que gracias a todos los conflictos entre los habitantes del pueblo se logra generar la tensión suficiente como para que la lista de sospechosos se mantenga amplia y así, una vez que empieza la parte más violenta, existan muchas situaciones que justifiquen el accionar de los involucrados.

Algo que deja como resultado una parte final frenética llena de muertes y un poco más de sangre, aunque especialmente un buen momento que involucra al licántropo. Cuya identidad es bien cuidada hasta el final y gracias a ello el enfrentamiento definitivo resulta lo suficientemente convincente a pesar de que no es tan explosivo como uno esperaría.

En el tema de las actuaciones tenemos a un elenco cuya fortaleza es el trabajo en conjunto gracias a un grupo de personajes sumamente excéntricos que funcionan a distintos niveles dependiendo de la tolerancia que se tenga al humor que cada uno maneja. Mientras que Sam Richardson y Milana Vayntrub muestran una química agradable que los hace buenos protagonistas.

Sobre la producción tenemos un filme de buena calidad: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte es impecable, el score cumple, el trabajo de sonido no presenta fallos, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje es efectiva.

Opinión final: Werewolves Within está entretenida. Comedia ligera que no recae tanto en el terror, pero que les hará pasara un buen rato.

Ojometro:
***