viernes, 18 de noviembre de 2022

Crítica: Resurrection (2022)

Película escrita y dirigida por Andrew Semans. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos el 5 agosto, aunque no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

La vida de Margaret (Rebecca Hall) se encuentra en perfecto orden: es capaz, disciplinada y exitosa. Todo está bajo control… hasta que regresa David (Tim Roth), un hombre que le termina recordando todos los errores y horrores de su pasado.


Comentarios generales:

Hace tan solo unos días atrás escribía sobre cómo hay películas con las que se puede notar que están hechas para tratar de satisfacer a la crítica especializada que suele detestar el cine de terror y no tuvo que pasar mucho tiempo para que volviera a encontrarme con otro ejemplo de esto. Sin embargo, con Resurrection las cosas son ligeramente distintas debido a que se trata de un proyecto que incluso entre ese sector puede levantar más de una ceja dada su naturaleza tan rara con la que sin duda hará que muchos la amen o la odien por igual. 

Ya que lo traído por Semans en la superficie parece un thriller psicológico estándar, pero en el fondo es algo un poco más alocado de lo que te esperas y solo es cuestión de aguantar unos 25 minutos para poder digerirla. Tiempo no muy electrizante que se utiliza para establecer de manera sólida la compleja personalidad de Margaret, quien desde muy temprano empieza a mostrar tendencias características de alguien con problemas mentales y se comporta como tal, haciendo suponer un camino predecible en donde todo lo que ocurre tarde o temprano será revelado como falso.

Situación que cambia una vez que hace acto de presencia el personaje de David, quien rápidamente genera un nivel de tensión significativo por medio de una serie de interacciones con Margaret que resultan bizarras por lo que van revelando. Lo cual no solo hace que el tono sea vuelva más oscuro, sino que también añade una sensación de duda muy grande para que el espectador nuevamente empiece a cuestionarse si lo que ocurre es verdad o no ante la constante paranoia de nuestra protagonista; aunque igualmente se empieza a experimentar cierto tedio debido a que en este punto comienzan a darle vueltas a lo mismo sin que exista un avance claro y por lo consiguiente el ritmo se vuelve algo pesado.

No lo suficiente como arruinar toda la experiencia, más si hace que no se entre de la manera más conveniente a una parte final tanto explosiva como polémica. Esto porque es aquí donde finalmente las cosas que parecían difíciles de creer se exponen sin complejos, llevando a un desenlace sangriento con mucho impacto, pero totalmente ambiguo que no termina por convencer.

En cuanto a las actuaciones, Tim Roth (David) y los demás contados secundarios lo hacen bien con sus respectivos roles, pero este es el show de Rebecca Hall. Simplemente sin ella la película se hubiera perdido en la intrascendencia gracias a que es la que aporta el 95% del aspecto emocional en la historia y la que termina sosteniendo su rareza gracias a su deterioro físico/mental que te tiene cuestionándote todo el tiempo si lo que ocurre es producto de su locura.

Sobre la producción tenemos una factura cuidada: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte simple, el score es buen complemento, el trabajo de sonido no tiene fallos, los efectos cumplen y la labor de maquillaje es discreta.

Opinión final: Resurrection está ok. Película rara que realmente solo vale la pena checarla por la gran actuación de Rebecca Hall.

Ojometro:
***