martes, 28 de febrero de 2023

Crítica: Huesera (2023)

Producción mexicana dirigida por Michelle Garza Cervera, quien comparte créditos como co-escritora del guión junto a Abia Castillo. Se estrenó en cines dentro de México el pasado 23 de febrero, mientras que en Estados Unidos salió directamente en VOD una semana antes.

Sinopsis:

Valeria (Natalia Solián) siempre ha soñado con convertirse en mamá. Así que cuando se entera que está embarazada espera estar sumamente feliz, pero algo no se siente bien…


Comentarios generales:

Varias películas de terror mexicanas suelen tener buena recepción en festivales, pero cuando se trata de hacer la transición al lado comercial la gran mayoría termina quedándose en la bóveda esperando a que alguien las rescate para tratar de obtener difusión. Simplemente no es algo sencillo por el contexto de la industria nacional y por ello el que una propuesta como Huesera haya logrado obtenerla sin duda se debe de celebrar, incluso si como película no es precisamente la más atractiva para el mainstream que uno se pueda encontrar.

Ya que lo traído por Garza Cervera es en gran medida un drama sobre la maternidad y cómo lo que uno sueña no es precisamente lo que necesita o quiere en realidad, dejando que el terror se manifieste en dosis pequeñas y por medio de vías muy especificas para que la atención se centre totalmente en el carrusel emocional de Valeria. Lo cual evidentemente hace que la primera media hora no sea la más excitante, pero si tiene la capacidad de establecer un ritmo fluido que realmente nunca decae y además ayuda a proporcionar los primeros indicios de la inestabilidad mental de nuestra protagonista por medio de situaciones un tanto predecibles que conducen hacía el terror psicológico y, sin duda, al body horror.

Este último sin llegar a extremos (al menos no en este punto), aunque si se vuelve fundamental para el desarrollo porque es el medio por el cual se le da mucha importancia al trabajo de sonido en el filme y conforme van pasando los minutos este se utiliza para diseñar situaciones que incomoden al espectador, incluso si estas no contienen nada particularmente perturbador desde el lado visual. Algo que desafortunadamente jamás logra ser explotado por completo gracias a que la crisis de identidad de la protagonista hace que las cosas para el segundo acto se empiecen a estancar un poco y los recursos utilizados para explotar el terror psicológico no resultan tan efectivos como deberían en su búsqueda por ir generando tensión.

Una que en realidad se obtiene hasta que se da el nacimiento del bebé durante la última media hora y con este se empieza a jugar con la posibilidad de que su integridad física este en riesgo, así como con el conflicto que le genera a Valeria su nuevo rol en el que ella ya no es el centro de atención. Llevándonos así a un desenlace tanto potente como excéntrico; en donde el body horror se manifiesta de forma más contundente y lo ocurrido está pensado para dejar todo abierto a la interpretación.

En cuanto a las actuaciones no hay queja, Natalia Solián lo hace bastante bien con su trauma pre y post embarazo; además de que encuentra un buen apoyó por parte del resto del elenco. Mientras que en producción vemos una factura cuidada: el trabajo de fotografía es bueno, la dirección de arte cumple, el score es sólido, el trabajo de sonido es espectacular, los efectos sencillos y la labor de maquillaje logra su cometido.

Opinión final: Huesera está interesante. Película con temática de peso que jamás logra dar el salto para alcanzar su máximo potencial.  

Ojometro:
***