Película dirigida por Oliver Park (A Night of Horror: Nightmare Radio) y escrita por Hank Hoffman. Se estrenó directamente en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 13 de enero, mientras que su salida en formato físico está confirmada para el próximo 18 de abril.
Sinopsis:
Una familia que se encuentra luchando con la pérdida de un ser querido se encuentra de repente a merced de un antiguo demonio que trata de destruirlos desde adentro.
Comentarios generales:
Las películas que involucran al judaísmo no es que se estén volviendo más populares, pero de vez en cuando sale alguna que otra que te recuerda que están ahí y por lo regular cuentan con cierta frescura debido a que todavía no han sido tan explotadas como aquellas que involucran otras religiones. Por ello es que siempre me generan cierta curiosidad y las veo con un poco más de interés, incluso si su propuesta es una tan genérica como la de The Offering.
Ya que lo traído por Park es una historia de demonios con la que el espectador seguramente va poder adelantarse a la mayoría de los sucesos sin demasiados contratiempos, pero a pesar de dicha predictibilidad en ningún momento se siente un gran desinterés por lo que estás viendo debido a que, entre las buenas actuaciones y ciertos apartados técnicos, se logran solventar muchas cosas. Sobre todo durante un primer acto en el que el tema familiar es importante para ir construyendo los conflictos y por ende lo sobrenatural queda un tanto de lado, obligando así que se trate de explotar de mayor manera la atmósfera generada por el trabajo de fotografía y la dirección de arte.
Lo cual evidentemente no evita que el ritmo se sienta algo lento, aunque en realidad las cosas avanzan de manera estable y con el pasar de los minutos los recursos habituales como los jump scares o los sueños empiezan a darle forma al “misterio” detrás del demonio. Uno que tiene un trasfondo bastante tétrico, sin embargo, este nunca se logra explotar de la mejor manera posible al optar por situaciones que recurren a lo mismo una y otra vez, fallando así en tratar de generar la tensión necesaria que ayude a magnificar tanto su peligrosidad como la tragedia que este provoca para conseguir su objetivo.
Afortunadamente la parte final logra sacudirse dichos problemas y sin duda es lo mejor de la película al ofrecer un nivel de intensidad elevado que, ahora sí, hace que el demonio se sienta como un peligro importante. Proporcionando los momentos con más violencia y dinamismo para dejarnos un desenlace totalmente acorde al tono oscuro que se manejó durante los minutos previos.
Sobre las actuaciones creo que es donde encontramos su mayor fortaleza porque el casting es muy sólido en líneas generales. Nick Blood (Arthur), Emily Wiseman (Claire) y Allan Corduner (Saul) tienen muy buena química como familia que quiere reconectarse, mientras que Paul Kaye (Heimish) aporta el toque extravagante sin caer en lo caricaturesco.
En producción también tenemos una factura interesante: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte es de primer nivel, el score sólido, el trabajo de sonido está bien cuidado, los efectos cumplen y la labor de maquillaje resulta efectiva.
Opinión final: The Offering está ok. Película estándar sobre demonios para ver cuando no tengan otra cosas más que hacer.
Ojometro:
***