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martes, 4 de diciembre de 2018

Crítica: The Possession of Hannah Grace (2018)


Película dirigida por el holandés Diederik Van Rooijen y escrita por Brian Sieve. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos y México el pasado 30 de noviembre, recaudando $10 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Megan Reed (Shay Mitchell) es una ex policía en rehabilitación que encuentra un trabajo en la morgue del hospital. Dicho trabajo es algo que aparentemente puede manejar sin problemas, pero durante su segunda noche de guardia empezará a vivir una serie de extraños y violentos sucesos después de recibir un particular cadáver. 



Comentarios generales:

El mes de diciembre suele ser de los más complicados para el género debido a que para estas alturas del año ya casi todas las películas relevantes se han estrenado y, salvo que sean de temas navideños, las que restan pasan completamente de noche. Sin embargo, a pesar de esto casi siempre termina saliendo de la nada una última producción para rellenar la cartelera que en ocasiones acaba siendo una sorpresa y The Possession of Hannah Grace parecía que podía ser el ejemplo en este 2018; aunque al final resultó ser todo lo contrario.

Y no es porque sea una película más de exorcismos/posesiones debido a que Van Rooijen nos trae un trabajo con lo que al menos pretende añadir algo nuevo sobre la mesa dentro de esta clase de historias, sino más bien se debe a que nunca parece saber exactamente cómo lograrlo. Esto porque inicia con un exorcismo poco efectivo en el que se suelta demasiada información y luego no le da el seguimiento adecuado, prefiriendo centrase en la vida del personaje de Megan que, al menos durante todo lo que resta del primer acto, es lo que consume el tiempo sin presentar nada particularmente interesante y que hace de esto una experiencia pesada ante el ritmo lento que se implementa.

Uno que no sería tanto problema si con el pasar de los minutos sirviera para ir construyendo buenos momentos de suspenso o por lo menos expusiera de manera interesante lo que hay detrás del cadáver, algo que no ocurre y que por alguna extraña razón el director parece empeñado en guardar lo más que se pueda. Sustentando así gran parte del filme en una dinámica repetitiva muy fastidiosa que solo se corta con eventos puntuales en los que se pretende añadir impacto, pero que ante pésimas decisiones con el trabajo de fotografía resultan incómodos de ver y limitan demasiado el elemento más original con el que cuenta todo el tema de la posesión.

La parte final es lo más decente. Ya que después de estar durante sesenta minutos esperando a que se le dé rienda suelta al demonio aquí por fin pasa y por lo menos se logran construir algunos momentos con buena intensidad que cambian la dinámica previamente mencionada, aunque nunca logran redondear la idea central y terminan por dejar una conclusión abierta a interpretación que te deja con la sensación de que lo ocurrido no tuvo importancia.

En las actuaciones realmente la única que resalta es la de Shay Mitchell y diría que para el revoltijo de cosas sin demasiado sentido que la ponen a hacer cumple sin llegar a ser nada del otro mundo. La producción tampoco tiene muchas cosas que destacar: el trabajo de fotografía es mediocre, la dirección de arte simple, el score es genérico, el trabajo de sonido limpio, los efectos lucen muy pobres y la labor de maquillaje es probablemente lo mejor de la película.

Opinión final: The Possession of Hannah Grace es bastante mala. Película sin pies ni cabeza que no vale la pena.

Ojometro:
**

jueves, 22 de diciembre de 2016

Crítica: The Autopsy of Jane Doe (2016)


Película dirigida por André Øvredal (The Troll Hunter), cuyo guión fue co-escrito por Ian B. Goldberg y Richard Naing. Se estrenó directamente en VOD apenas el pasado 20 de diciembre dentro de los Estados Unidos, aunque su salida en otros mercados y en formato físico está planeada para 2017.

Sinopsis:

Un padre y su hijo reciben el cadáver de una víctima de un misterioso homicidio en su morgue familiar, la cual no presenta ninguna aparente causa de muerte. A dicho cadáver se le nombra Jane Doe hasta que la identifiquen, pero mientras realizan su trabajo empezarán a encontrar bizarras pistas que irán revelando aterradores secretos.



Comentarios generales:

Hoy en día es complicado llegar en blanco al momento de ver una película debido a que, en su afán por querer atraer público, los estudios suelen sacar varios trailers e imágenes promocionales que revelan muchísimo de la trama. Ese fue el caso de The Autopsy of Jane Doe, un trabajo del que se dieron a conocer muchas cosas antes de su estreno y por lo cual tenía bastante temor sobre el resultado final debido a que parecía que lo habían contado todo; sin embargo, para mi total sorpresa, ese no fue el caso.

Lo cual podría sonar un poco extraño porque de entrada no parece que se pueda añadirle demasiado a una historia que se centra en una autopsia, pero es ahí cuando vemos la verdadera habilidad que tiene Øvredal tras la cámara, ya que después de una introducción diseñada principalmente para establecer el misterio y un posible conflicto familiar, las cosas fluyen de manera casi perfecta. Esto porque el proceso de la autopsia es muy interesante de seguir debido a que cada análisis va añadiendo más dudas sobre lo que le ocurrió a esta chica, uniendo cada pieza de este complejo rompecabezas para ir desarrollando poco a poco un nivel de tensión lo suficientemente alto para que cualquier cosa ajena a lo que ocurre dentro o fuera de la morgue (especial atención con la grabadora) pueda hacer explotar esto.

Y es que no miento, uno como espectador se la pasa esperando a que de la nada el cadáver se levante; tenerlo ahí todo el tiempo genera una inquietud particular que sirve como despiste para que todos los sustos fáciles resulten efectivos, incluso aquellos que a mi parecer usan en exceso. En especial durante un segundo acto que cambia la dinámica para poder empezar a explotar de mejor manera la cuestión supernatural y con ello agregar más elementos con los que se pueda aprovechar este particular escenario en el que los protagonistas están completamente indefensos, así como también para jugar un poco sobre si lo que les ocurre es real o ambos cayeron en la locura extrema.

La parte final puede que sea con la que muchos no queden del todo satisfechos y eso en gran parte se debe a que es donde el aspecto supernatural de la historia toma más relevancia, provocando así un contraste muy marcado con los dos actos previos. Algo que personalmente no encontré problemático gracias a que el director sigue manteniendo un balance adecuado y logra que el desenlace, además de sorpresivo, también resulte potente sin tener que recurrir a cosas tan extremas en el aspecto visual.

Las actuaciones son muy buenas, Emile Hirsch (Austin) y Brian Cox (Tommy Tilden) muestran una gran química en pantalla como padre e hijo; aunque es este último quien con pequeños detalles termina por volver momentos, en teoría intrascendentes o simples, en unos muy satisfactorios de ver. La producción es de buena nota: el trabajo de fotografía es el adecuado, la dirección de arte es bastante buena, cuenta con un buen score, el trabajo de sonido es impecable, los efectos prácticos están bien hechos y la labor de maquillaje está extremadamente bien cuidada.

Opinión final: The Autopsy of Jane Doe es una manera inteligente de presentar una combinación de misterio/supernatural. Altamente recomendable.

Ojometro:
*****
----

Di mi parte les deseo una feliz navidad a todos los lectores de El Ojo del Horror. 

lunes, 26 de septiembre de 2016

Crítica: El Cadáver de Anna Fritz (2016)


Película dirigida por Hèctor Hernández Vicens, quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Isaac P. Creus. Se estrenó en cines a finales del año pasado dentro de España, mientras que a los Estados Unidos llego en VOD y formato físico durante el mes de marzo.

Sinopsis:

Anna Fritz (Alba Ribas) es una famosa actriz que acaba de fallecer y cuyo cuerpo se encuentra en la morgue. Gracias a esto tres jóvenes se proponen verla desnuda, pero ante su imponente belleza también deciden que quieren ser los últimos en tener sexo con ella.



Comentarios generales:

Cuando una película tiene como premisa la necrofilia es casi un hecho que recibirá un nivel de atención muy fuerte debido a que sigue siendo un tema sumamente controversial, incluso dentro del propio género de terror. En gran parte porque por lo regular se utiliza para crear puro morbo y así atraer miradas a trabajos huecos que pasarán al olvido en poco tiempo; sin embargo, en el caso de El Cadáver de Anna Fritz se puede notar que las intenciones de sus creadores iban un poco más allá de un simple espectáculo grotesco, aunque los resultados no sean precisamente los más espectaculares.

Realmente lo que nos regala Vicens es una mezcla entre thriller psicológico y drama que, de vez en cuando, utiliza algo de sangre para contar una historia cuyo principal enfoque en un inicio es lo que este grupo de amigos pretende hacer con el cadáver y así sacar a relucir las más profundas perversiones de los seres humanos, pero en realidad lo hacen de manera relativamente breve. Esto porque a partir de los 15/20 minutos la película obtiene otro rumbo, uno mucho más complejo que está cargado de cuestionamientos morales desencadenados por un suceso sorpresivo que le brinda un panorama completamente distinto al que cualquiera se hubiera podido imaginar.

El cual añade muchísimo en lo que se refiere al shock, pero que también termina por afectar un poco la cuestión del ritmo gracias a las limitantes que trae consigo y eso es un tanto contraproducente para un filme que con trabajos pasa los 60 minutos de duración. De pronto toda la agilidad con la que transcurre la primera mitad se ve frenada por una serie de sucesos que se vuelven repetitivos y que no ayudan demasiado en la creación de un suspenso tan necesario; en especial cuando las acciones se trasladan fuera de la morgue. Momentos que, más allá de provocarte nerviosismo, solo te provocan desinterés ante lo vacíos que se sienten.

La parte final es un poco acelerada, pero es sin duda donde se generan las mejores dosis tensión. Especialmente porque es aquí donde se empieza a manejar de manera más seria el tema de las traiciones y eso provoca inmediatamente una dinámica diferente entre los personajes que vuelve el desenlace en uno con más fuerza de lo esperado.  

Sobre las actuaciones puedo decir que el elenco cumple bien con sus respectivos roles, siendo Cristian Valencia (Iván) el que termina por destacar un poco más gracias a que su personaje es el que cuenta con más desarrollo. La producción está bien cuidada: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte es sobria, el score es bastante bueno, el trabajo de sonido es limpio, los efectos son mínimos y el maquillaje solo es utilizado para ciertos detalles.

Opinión final: El Cadáver de Anna Fritz no está mal, pero nunca terminó por convencerme. Película más que nada para rentar o ver por simple curiosidad.

Ojometro:
***