Película escrita y dirigida por
Bryan Bertino (The Strangers), quien hace su regreso después de seis años de
ausencia. Se estrenó a inicios de octubre dentro de los Estados Unidos por
medio de diversas plataformas digitales y posteriormente el día 21 salió en
formato físico, aunque no se sabe si llegará a otros mercados.
Sinopsis:
Una pareja, una estudiante y un perdedor
reciben tres cámaras con la instrucción de filmar todo lo que ocurre mientras
les llegan más reglas que deben de seguir. Al inicio todo es diversión, pero
con el transcurso de la noche comprenderán que se encuentran dentro de un
aterrador juego del cual no pueden escapar.
Comentarios generales:
The Strangers fue una película
que me gustó mucho en su momento y el saber que su director volvería después de
todos estos años me generaba cierta emoción, esto a pesar de que Mockingbird
llevaba en la congeladora un par de años (situación que por lo general no es
buena señal). La premisa en el papel lucia atractiva como para poder brindar
algo interesante que evocara un poco a su exitoso debut del 2008, pero
definitivamente en esta ocasión no encontró el rumbo.
Ya que Bertino nos trae un found
footage poco inspirador donde pretende mezclar algunos conceptos ya vistos
hasta el cansancio por medio de una dinámica que en todo momento se siente
obsoleta y sin imaginación, llena de situaciones que no llevan a ningún lado
dentro de una historia de por si limitada. Presentando una introducción
exageradamente larga dentro de una película que a duras penas alcanza los 75
minutos, la cual durante un gran porcentaje del tiempo te limita a ver a cuatro
personajes que por alguna razón aceptan filmar todo por medio de cámaras viejas
(esto se desarrolla a mediados de los 90s) sin la necesidad de cuestionar
absolutamente nada a pesar de que es algo extraño; simplemente te dan tours por
sus casas o se dedican a tener conversaciones poco interesantes que vuelven muy
difícil el poder involucrarse de lleno con lo que ocurre en pantalla.
Una vez pasada esta introducción
las cosas suben de intensidad ligeramente, aunque el problema radica en su presentación:
la premisa del juego en si es interesante, pero no saben cómo mostrártela. Hay
dos historias que son prácticamente idénticas en cuanto a ritmo y tono,
mientras que la tercera, la del perdedor, adopta una postura mucho más “cómica”
que termina provocando un desbalance notorio al momento de querer generar tensión;
básicamente actúa como un ancla que le quita fuerza a las pocas situaciones de
verdadero suspenso que logran construir y la vuelve sumamente aburrida.
El único punto positivo que le encontré
fue la justificación para que se estuviera filmando en todo momento, lo cual resulta
tan simple como deshabilitar el botón de encendido.
El final es muy predecible a
partir de que comprendes la conexión de los eventos y eso le quita interés,
además de que la “sorprendente” revelación termina sintiéndose sin ningún tipo
de impacto ante lo genérica que es.
De las actuaciones hay poco que
decir debido a que casi no hay material para hacerlo y los actores en realidad
se limitan a los gritos comunes en esta clase de trabajos. La producción
tampoco tiene mucho para resaltar: el trabajo de iluminación me pareció deficiente,
el sonido está bien cuidado para que todo se pueda entender claramente, tiene
un score estándar y carece prácticamente en su totalidad de efectos o maquillaje
complejo.
Opinión final: Mockingbird es
bastante pobre. Es una película más que olvidarán después de una o dos horas de haberla visto.
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