jueves, 5 de febrero de 2015

Crítica: Dead Silence (2007)

Película dirigida por James Wan y escrita por Leigh Whannell, la cual significó su segunda colaboración después del gran éxito que tuvieron con Saw tres años antes. En 2007 fue un fracaso en taquilla al solo recaudar $22 millones de dólares a nivel mundial (en muchos países salió directamente en DVD), aunque con el paso de los años ha generado grandes ganancias debido a que es muy fácil de conseguir.

Sinopsis:

Jamie Ashen (Ryan Kwanten) regresa a su pueblo natal en busca de respuestas por el asesinato de su esposa cuando descubre que todo puede estar conectado con un misterioso muñeco que le perteneció a una famosa ventrílocua de nombre Mary Shaw.

Comentarios generales:

En estos últimos días no he tenido muchos deseos de ver películas gracias a unos ligeros problemas de salud, sin embargo, ayer me encontré esta por TV y me pareció una buena oportunidad para hacer una crítica considerando que no la veía desde que se estreno hace ocho años atrás. Realmente mi recuerdo era más que nada que se trataba de un trabajo muy flojo con el cual pensaba que Wan iba a hundir su carrera, pero evidentemente me equivoque.

Y es que analizar Dead Silence ya con más años encima resulta bastante interesante porque uno se puede dar cuenta sobre cómo esta marcó básicamente la línea que el director seguiría durante el resto de su carrera y sobre como el cambio abrupto que presentó con respecto a Saw en el tema de la brutalidad jugo un factor en su contra. Esto porque aquí lo que nos trae es una historia cuya premisa bien pudo caer en los terrenos de Childs Play, con pretensiones de crear un nuevo muñeco asesino, pero en lugar de eso se va más por el lado del thriller detectivesco en donde su principal sustento es la impresionante atmósfera generada para hacer sentir una sensación de peligro constante en cada rincón del pueblo de Ravens Fair; logrando así algunas escenas sumamente tétricas que, aunque no son excesivamente memorables, si terminan marcando el tono general de la historia.

Sus problemas más que nada se encuentran en la cuestión del ritmo y, sobre todo, en el interés mismo de la investigación. La verdad es que todo avanza muy lento una vez que se establecen los puntos centrales con respecto a Mary Shaw, volviendo así un tanto repetitivas las cosas mientras esperas a que finalmente decidan brindarle un rumbo concreto al misterio. Simplemente parece como si nunca supieran cuando empezar a integrar la parte paranormal en todo esto sin caer en lo ridículo y alargan lo más que se pueda este aspecto, quitándole así cierto interés.

El final claramente se vio afectado por el hecho de que se tenía pensado realizar una secuela que ya nunca vio la luz, pero en general creo que cumple con ese grado de sorpresa necesario para aquellos que la ven por primera vez.

Las actuaciones están ok, realmente no hay mucho, pero la química mostrada por Kwanten y Donnie Wahlberg genera algunos momentos entretenidos. La producción es sin duda su punto más fuerte: el trabajo de fotografía y dirección de arte son espectaculares, prácticamente son lo que le dan vida a la película; el score está muy bien elegido y los efectos son bastante sólidos en general.

Opinión final: Sin duda Dead Silence es el punto más flojo en la carrera de Wan, aunque aún así sigue estando por encima del promedio y resulta interesante ver cómo representó un punto de quiebre en su estilo.
 
Ojometro:
***