jueves, 12 de febrero de 2015

Crítica: The Scarehouse (2015)


Película escrita y dirigida por Gavin Michael Booth, aunque también se le da crédito a Sarah Booth como co-creadora de la historia. Se estrenó el pasado 30 de enero tanto en los Estados Unidos como en Canadá vía VOD y diversas plataformas digitales, pero no existe información sobre si llegará a otros mercados o si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Dos amigas abren una casa de sustos para Halloween en donde planean realizar una elaborada fiesta para sus antiguas hermanas de la fraternidad. Todo parece simple diversión; sin embargo, una vez que las seis exclusivas invitadas llegan al lugar estas descubrirán que las verdaderas intenciones de sus anfitrionas no tienen nada que ver con un feliz reencuentro.  



Comentarios generales:

Al leer la sinopsis o incluso al ver el trailer realmente no esperas gran cosa de The Scarehouse debido a que luce como un trabajo más de venganza, pero una vez que inicia te queda claro que puede presentar algunas cosas que no esperabas a pesar de que el tema de la originalidad no es su fuerte… y eso resulta algo bastante agradable.

La verdad es que Michael Booth no se anda con rodeos, solo hace una breve introducción antes de exponer el tema de central para evitar así todo lo que pudo haber sido un relleno de 40 minutos poco efectivo para explicar los motivos de los personajes principales; algo que sin duda puede parecer contraproducente, pero que es resuelto de manera más que efectiva al alternar el presente con flashbacks del pasado que no se sienten metidos con calzador y que fluyen de manera perfecta. Esto hace que toda la atención se pueda centrar en la violencia, así como en la preparación meticulosa de la venganza, para brindarle a la película un genuino toque de terror que no solo está sustentado en el diseño de producción como suele ocurrir con trabajos que presentan esta clase de escenarios.

Y es que a pesar de que si tiene momentos de humor estúpido (en los flashbacks) donde presentan ciertos estereotipos, el tono general es muy oscuro; acrecentándose mucho más por el hecho de que todo se desarrolla por medio de personajes femeninos a los que nunca pretenden suavizar para generar simpatía: aquí tanto victimas como asesinas son igual de detestables por diferentes motivos. Además el ritmo implementado es muy agradable, ágil y sin muchas pausas; el cual no te da respiro y hace que la dinámica sea lo suficientemente atrapante como para no notar algunas de sus falencias.

Una de las cuales viene por el lado de las torturas. No porque estén mal hechas o sean poco creíbles, sino porque en la mayoría se añade mucho dialogo que les quita cierto impacto cuando el propósito es generar shock.

El final está bien manejado. Por un momento parece que van a tomar un camino que no es del todo convincente pero se las arreglan para ofrecer una conclusión potente que termina por darle sentido a varias cosas que parecían no tener mucha explicación.

En cuanto a las actuaciones realmente todo recae en Sarah Booth y Kimberly-Sue, quienes logran crear una buena química; el resto es más que nada carne de cañón. La producción es de destacar considerando su presupuesto: la dirección de arte es muy buena, el trabajo de fotografía está bien cuidado para que las secuencias con poca iluminación no resulten incomodas, el score encaja y los efectos son mínimos. En lo único que queda a deber un poco es en el trabajo de maquillaje ya que, salvo por una de las muertes, el resto no presenta nada llamativo.

Opinión final: The Scarehouse me gustó. Es efectiva, directa y sin muchas complicaciones; una buena opción dentro de este flojo inicio de año.

Ojometro:
****