Primer largometraje del director Tripp
Rhame, quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Ben
Jacoby. Se estrenó dentro de los Estados Unidos el pasado 25 de marzo de manera
limitada en cines, iTunes y VOD; aunque no hay información sobre si saldrá en
formato físico o si llegará a otros mercados.
Sinopsis:
Todo parecía perfecto: un nuevo
matrimonio, una nueva casa y un bebé en camino. Pero cuando Sarah (Chelsey
Crisp) y Matt (Michael Steger) invitan a sus amigos a celebrar, estos deciden
realizar una inocente cacería de fantasmas en los restos de una prisión destruida
por un incendio que pondrá sus vidas en peligro gracias a los
aterradores secretos que ahí se guardan.
Comentarios generales:
Cuando se trata de mujeres
embarazadas dentro del género de terror solo hay dos opciones: su hijo es el
anticristo o algún tipo de secta quiere robárselo. Así que a pesar de que no sabía
mucho sobre Bleed mi idea estaba bastante clara sobre que esperar con ver solamente el póster, pero nunca me imaginé que un concepto tan simple pudiera ser
explicado de manera tan pobre y poco imaginativa como ocurre aquí.
Lo que nos trae Rhame es una
historia muy básica que desde los primeros cinco minutos deja bastante claro
que camino va a tomar, lo cual es un tanto contraproducente debido a que el
director no tiene ninguna prisa por profundizar al respecto y mejor se dedica a
realizar una reunión que consumirá toda la primera media hora. Decisión que sin
duda resulta fastidiosa considerando que, salvo por unos flashbacks y una
aparición esporádica para añadir un susto fácil, todo este periodo de tiempo se
centra en conflictos familiares que supuestamente tendrían que sacar a relucir
muchos secretos ligados al pueblo o a la vida de Sarah, pero lo único que
provocan es poca certeza sobre el rumbo de las acciones.
Algo que empeora al trasladarlas a
la prisión en una movida que se siente completamente fuera de lugar y que
básicamente obliga a dividir la historia en dos, dejándote con la sensación de
que lo que ocurre con Sarah es lo importante y lo que ocurre en la prisión es
puro relleno debido a que las conexiones entre ambas son muy superficiales.
Además, a esto hay que añadirle que para ser una película parcialmente de
fantasmas carece de suspenso; nunca se logra generar una atmósfera adecuada y
en general todo lo referente a los sustos pasa totalmente de largo ante el poco
impacto que tienen.
Los últimos quince minutos son
realmente lo que valen la pena. Más o menos se hace un esfuerzo por darle
sentido a la historia al explicar un par de puntos relevantes y se logra
construir una persecución caótica que añade la tensión, violencia y muertes que
durante todo el previo esperaste; haciendo de la conclusión algo por lo menos
para recordar durante un par de días gracias a que no se va por el camino fácil.
Las actuaciones ciertamente no
están mal, Crisp y Riley Smith (Eric) demuestran buena química como hermanos;
de hecho, casi todas las escenas más potentes de la película recaen en ellos.
La producción también deja ver el presupuesto limitado con el que contaron: el
trabajo de fotografía esta ok, la dirección de arte dentro de la prisión no es
nada del otro mundo, el score pasa desapercibido, los efectos cumplen y el
trabajo de maquillaje prácticamente se limita a un espíritu con aspecto
llamativo.
Opinión final: Bleed es bastante decepcionante.
Salvo por sus últimos 15 minutos realmente no tiene mucho que ofrecer.
Ojometro:
**
**