miércoles, 27 de abril de 2016

Crítica: Darling (2016)


Película escrita y dirigida por Mickey Keating (POD). Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 1 de abril, pero todavía no hay información sobre su salida en formato físico o posible llegada a otros mercados.

Sinopsis:

Una chica solitaria (Lauren Ashley Carter) es contratada para cuidar una mansión en Manhattan con perturbador pasado. Un trabajo sencillo, pero mientras se encuentra en esa vieja casa pronto se verá profundamente afectada por las leyendas que la rodean y, de paso, iniciará su violento descenso a la locura.



Comentarios generales:

La verdad cuando uno lee la sinopsis de Darling no puede evitar el pensar que esta ante otra simple película de casas poseídas y por ello tus expectativas sobre lo que vas a ver se centran en situaciones habituales de este tipo de trabajos. Lo cual es un error asumir en esta ocasión, ya que el enfoque es totalmente distinto por parte del director y guionista; a pesar de que por varios lapsos no parece tener una idea lo suficientemente clara sobre lo que quiere contar.

Y es que inspirándose en la famosa “Trilogía del Apartamento” de Roman Polanski, lo que nos trae Keatin es una historia que se centra mucho más en temas satánicos/mentales y no en cuestiones paranormales pensadas para lograr el susto fácil, haciendo de esta experiencia una mucho menos llamativa para aquellos que busquen algo simple. Donde se hace un uso muy superficial de la casa con el único objetivo de establecer un pasado oscuro que sirva como detonante de los problemas de nuestra protagonista sin nombre y a la misma vez genere dudas razonables sobre lo que verdaderamente ocurre ahí adentro al no dejar claro si esto es producto de algún problema mental o si en verdad existe algo mucho más siniestro escondido detrás de una de las habitaciones del lugar. 

Sin duda un enfoque interesante que, contrario a lo que se pudiera pensar, si logra construir un terror genuino basado principalmente en la soledad e histeria de este personaje; el cual se magnifica con un estupendo uso del sonido, así como de un poderoso score. Lo malo es que una vez digerida esta situación las cosas se vuelven increíblemente huecas y la historia como tal se empieza a desvanecer gracias al poco avance que presenta, magnificándose mucho más por el ritmo lento manejado y la casi nula presencia de personajes secundarios que le brinden un poco más de contexto al tema de la casa para que así el misterio pueda seguir a flote.

La parte final tiene sus pros y sus contras. Del lado positivo está el hecho de que se presentan los minutos más tensos y sangrientos del filme, pero del lado negativo tenemos la existencia de muchísimo relleno (por ejemplo, Darling limpiando una tina) y las respuestas brillan por su ausencia; dejando así al espectador con una sensación no solo de vacío, sino también de que lo que acaba de ver no tuvo sentido.

En cuestión de actuaciones se trata de una película que depende exclusivamente de Ashley Carter y la verdad esta chica nos regala una actuación estupenda que ayuda a tapar muchas de las carencias existentes gracias a su progresivo deterioro mental. La producción es bastante buena para tratarse de un proyecto tan pequeño: el trabajo de fotografía en blanco y negro es estupendo, la dirección de arte es muy simple, el score es realmente bueno, el trabajo de sonido es impecable y la cuestión de efectos/maquillaje es ínfima.

Opinión final: Darling es aceptable. Se trata de una película con cosas interesantes en muchos aspectos, aunque nunca logra explotar.

Ojometro:
***