Película dirigida por Jason
Stutter (Diagnosis: Death), quien además comparte créditos junto a Kevin
Stevens como co-escritor del guión. Se estrenó de manera limitada en cines y
VOD el pasado 8 de abril dentro de los Estados Unidos.
Sinopsis:
Cuando una familia abandona una
granja en el sur de Nueva Zelanda, dos científicos cínicos y una joven psíquica
son enviados para investigar supuestas presencias paranormales. Ya estando ahí,
pronto se encontrarán con un poderoso espíritu cuya intención es proteger los
secretos de la casa a toda costa.
Comentarios generales:
Los proyectos pequeños son parte
importante del género, no tanto por su impacto o relevancia, sino porque son la
vía perfecta para que nuevos talentos puedan demostrar de lo que son capaces
sin tener una presión agobiante a sus espaldas. Por ello que muchos suelen
recurrir a los temas más explotados, a aquellos subgéneros que no necesitan
descubrir el hilo negro y con The Dead Room tenemos un perfecto ejemplo de eso;
aunque al final termina quedándose como una propuesta del montón.
Esto porque se trata de una
película que se siente vieja, en la cual Stutter no invierte mucho tiempo durante
la introducción y va directo al grano sin profundizar más allá de lo elemental
en cuanto a la historia de la casa. Todo para ofrecer un primer acto sumamente
aburrido en el que las cosas avanzan de manera lenta y sin mucha claridad, donde
se enfoca mucho más en el aspecto técnico de la investigación por medio de
pequeños aparatos o cámaras para justificar un conjunto de escenas con los
personajes durmiendo mientras “algo” ronda por la casa durante la noche y cuyo
propósito general es ir añadiendo cierto suspenso sin mucho éxito.
Ya entrando a la segunda mitad el
aspecto técnico termina compartiendo mucho más tiempo con los elementos
espirituales proporcionados por Holly (la psíquica del equipo), brindándole así
un poco más de forma al iniciar las interacciones con el espíritu. Algo que por
unos cuantos minutos resulta interesante de ver gracias a la tensión que se
logra generar por medio del riesgo físico al que está expuesto el equipo; sin
embargo, con el paso de los minutos esta dinámica se vuelve cansina y en gran
parte se debe a que se repite la misma situación una y otra vez. Simplemente no
hay demasiada novedad, todo se sustenta en pequeños sustos fáciles que no
ayudan demasiado a desarrollar un misterio sólido detrás del violento espíritu.
La parte final es lo que más
resalta y en gran parte se debe a que cambia de manera muy ligera la fórmula al
presentar un pequeño giro. Además, es de aplaudir que el desenlace no se va por
el camino fácil cuando estaba totalmente justificado que lo hicieran.
Las actuaciones no son nada del
otro mundo, los tres actores hacen lo que les piden sin el mayor riesgo y eso
termina provocando que ninguno de los personajes realmente te importe. La
producción es lo que uno esperaría para una película cuyo presupuesto fue
apenas de 1 millón de dólares: el trabajo de fotografía esta decente, la
dirección de arte no destaca, el score es simple, el trabajo de sonido está
bien cuidado y los efectos consisten en cosas muy básicas como azotes de puerta
u objetos volando sin razón.
Opinión final: The Dead Room es
decepcionante. Una película más sobre casas poseídss que pasara desapercibida
en unos cuantos meses.
Ojometro:
**
**