jueves, 28 de julio de 2016

Crítica: The Blackcoat's Daughter (2016)


Película escrita y dirigida por Osgood Perkins, la cual significa su debut tras la cámara. Inicialmente se promocionó bajo el nombre de “February” y su estreno en VOD estaba planeado para el 15 de julio dentro de los Estados Unidos, pero este fue atrasado hasta el próximo 25 de agosto.

Sinopsis:

Joan (Emma Roberts) realiza un viaje a través del nevado clima con el propósito de llegar a una prestigiosa escuela para mujeres, lugar donde se encuentran abandonadas Rose (Lucy Boynton) y Kat (Kiernan Shipka) después de que misteriosamente los padres de ambas no las recogieron para las vacaciones de invierno.



Comentarios generales:

The Blackcoat's Daughter es una película que hizo mucho ruido en diversos festivales a finales de 2015 bajo el nombre de February, así que para inicios de este año ya se encontraba en mi radar de las más esperadas. Sin embargo, su repentino cambio de nombre la puso en la total oscuridad; al grado de que cuando la empecé a ver no tenía idea de que se trataba del mismo trabajo, lo cual fue extraño, pero a la misma vez añadió cierto misterio a algo que por sí mismo termina siendo una experiencia un tanto distinta a lo acostumbrado y que se sustenta en un terror muy similar al de finales de los 60s o de los 70s.

Esto porque Perkins nunca pretende ocultar claras influencias de películas como “Rosemary's Baby”, “The Omen” o alguno de los trabajos de Argento, generando así una atmósfera macabra que haga sentir al espectador como si estuviera dentro de un sueño (o pesadilla) que avanza a un ritmo lento. Aspecto que sin duda pudiera alejar a varias personas debido a que esta es una historia que no cuenta con ninguna prisa para desarrollarse, sustentando mucho de su efectividad en la propia capacidad de las actrices para expresar diversas emociones únicamente con puro lenguaje corporal debido a que, al menos durante el primer acto, los momentos de absoluto silencio son los que predominan y marcan la pauta de todas las rarezas presentadas.

Ya pasados unos 40 minutos la película empieza a recurrir un poco más a los diálogos y situaciones habituales, pero sin dejar de lado ese sentimiento de que existe un peligro en todo momento; aunque sin saber exactamente qué. Se trata básicamente de esperar pacientemente a que algo explote mientras descifras la conexión entre lo que ocurre en la escuela y lo que ocurre con el personaje de Joan, sobre todo porque por un momento no parece tener mucho sentido gracias a la forma no lineal en que te presentan la historia y que en cierto modo te hace notar la poca sustancia con la que cuenta.

La parte final ofrece un giro que probablemente no va a sorprender a muchos si es que le pusieron atención a lo desarrollado previamente; de hecho, creo que la intención del director tampoco es generar sorpresa, sino poner todas las piezas en su lugar de la forma más clara posible. Lo cual resulta efectivo gracias a que el desenlace no solo es bastante potente, sino que además logra establecer de manera definitiva todo el tema satánico.

Sobre las actuaciones puedo decir que Roberts cumple con un rol que ciertamente es limitado, pero la verdadera figura de la película es Kiernan Shipka; quien logra transmitirte cierta ternura y una maldad apabullante con tan solo su mirada. La producción está bien cuidada: el trabajo de fotografía le brinda una identidad propia, la dirección de arte no tiene complicaciones, el score es muy bueno, el trabajo de sonido es estupendo (vital para la película) y la cuestión de efectos/maquillaje es manejada más que nada como complementos básicos.

Opinión final: The Blackcoat's Daughter me gustó. Es una propuesta interesante, distinta; aunque definitivamente no para todos los gustos.

Ojometro:
****