Sinopsis:
Mientras un virus azota a Corea
del Sur, un grupo de pasajeros que viaja a bordo de un tren tendrá que hacer
hasta lo imposible para poder llegar de Seúl a Busan ante el continuo ataque de hordas de violentos zombies.
Comentarios generales:
El cine de terror surcoreano no
es para nada desconocido entre los amantes del género, pero por lo regular
suele quedar medio rezagado junto al japonés gracias a la cantidad de películas
que estos últimos pueden producir. Sin embargo, los coreanos desde hace tiempo
han asumido mayores riesgos y en esta ocasión lo hicieron a lo grande con Train to Busan: una súper producción para sus estándares que apostaba por un subgénero
sobreexplotado en la actualidad y por un director con experiencia limitada solo
en animación, pero cuyos resultados finales son en verdad excepcionales.
No voy a mentir, la historia en
si no descubre el hilo negro y sigue un esquema básico ya muy visto en esta
clase de películas, pero la manera en la que Sang-ho Yeon te la presenta es una
delicia debido a que durante sus casi dos horas de duración el espectador se ve
involucrado en un viaje sin ningún tipo de freno. Uno en donde no tienen que
pasar ni 15 minutos para que inicie la locura y así se establezca rápidamente
el ritmo con el que vamos a tener que lidiar por el resto del metraje, esto
mientras vemos como se desencadena el infierno dentro de un lugar diseñado para
la comodidad, pero que para esta clase de situaciones prácticamente se
convierte en el peor enemigo de las personas ante el poco margen de maniobra
con el que cuentan.
Es en base a esta dinámica como
la primera hora pasa volando, la cual está atascada de zombies y acción a máxima velocidad; algo que daría pie para pensar que no hay mucha sustancia detrás, pero afortunadamente
no es así. Ya que durante este periodo el creador también nos muestra un
desarrollo interesante con los personajes y su manera con la que lidian los problemas, estableciendo así un choque de personalidades muy marcado que juega
con el lado más podrido de la naturaleza humana que invariablemente provoca empatía por algunos de ellos y por otros no tanto.
Para la segunda mitad no cambia
en lo absoluto la acción y la violencia, sin embargo, si se empieza a recurrir en
ciertas pausas para generar secuencias donde los sobrevivientes tienen que
pensar un poco más para poder salir adelante del problema. Un aspecto que luce
menor, pero que en realidad es lo que genera unos niveles de tensión muy
elevados que ayudan muchísimo en este lapso para que la película no decaiga y,
sobre todo, se pueda solventar la ausencia de una explicación mucho más
elaborada de los origines del virus (algo que pueden ver un poco más a detalle en
“Seoul Station”, la película animada que salió en conjunto).
La parte final es caótica y, para
tratarse de un trabajo de zombies, sorprendentemente emocional. En este punto
la sensación de catástrofe a gran escala ya es muy palpable tanto por la
atmósfera construida como por la cantidad de criaturas que se logran poner en
pantalla, lo cual provoca que uno se vea muy agobiado por el hecho de que estos
personajes se encuentran ya cerca de su objetivo y aun así tienen todas las de
perder.
Las actuaciones están muy bien, Yoo
Gong (Seok Woo) carga con el peso de la película sin ningún tipo de problema y
realiza una muy buena mancuerna con Ma Dong-seok (Sang Hwa); aunque quien se
llevará las miradas es la pequeña Soo-an Kim (Soo-an) debido al contraste que
representa con la mayoría de los personajes. La producción es de muy buena
nota: el trabajo de fotografía es consistente, la dirección de arte adecuada,
el score resulta agradable, el trabajo de sonido es espectacular, el maquillaje
cumple y los efectos son de una gran calidad considerando el importante uso de
CGI.
Opinión final: Train to Busan no
solo se trata de una de las mejores películas de 2016, sino que además se trata
de una de las mejores películas de zombies de la década. Muy recomendable.
Ojometro:
*****
*****