viernes, 15 de septiembre de 2017

Crítica: It (2017)


Nueva adaptación de la novela de Stephen King, la cual está dirigida por Andy Muschietti (Mama) y cuyo guión fue co-escrito por Chase Palmer, Cary Fukunaga y Gary Dauberman. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos el pasado de 8 de septiembre, mientras que aquí en México hizo lo propio el día 14. Recaudando hasta la fecha $247 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

En el pueblo de Derry un grupo de niños decide enfrentar a un demonio que los aterroriza tomando la forma de un diabólico payaso. 



Comentarios generales:

“It” es mi libro favorito, así que cuando se empezó a especular sobre una nueva adaptación diversos sentimientos aparecieron. Al final de cuentas la miniserie de lo 90s siempre me ha parecido lo suficientemente correcta como para llenar este espacio y las diversas complicaciones que sufrió esta película durante la pre-producción hacían pensar que dicha miniserie seguiría siendo lo mejor que íbamos tener; sin embargo, una vez que salió el primer trailer mis miedos disminuyeron debido a que lo mostrado lucia prometedor y creo que en términos generales se cumplieron con las expectativas que el público mainstream tenía; aunque para aquellos con conocimiento del libro puede que no sea tan convincente.

Esto porque lo que nos regala Muschietti es una adaptación con conflictos muy marcados sobre la manera en la que se quieren presentar las cosas, iniciando con una escena que te hace suponer que veras un trabajo oscuro y sangriento, pero que con el pasar de los minutos se queda como una simple anécdota porque en realidad la película maneja un tono mucho más ligero que te provocará más risas que miedo. Lo cual tiene que ver más que nada con el hecho de que nuestros protagonistas son niños y bueno… se comportan como tal, siendo este uno de los aspectos que más me agradaron debido a que el club de perdedores se vuelve entrañable con el pasar de los minutos y dicha inocencia contrasta de gran manera con los temores cotidianos explotados por Pennywise.

Temores que llevan a varias de las escenas diseñadas para tratar de generar terror y que visualmente son todo un deleite de ver, pero lamentablemente lo bueno que se logra con la mayoría de los niños en estas escenas no se complementa con un desarrollo mucho mayor de los acontecimientos que los rodean debido a que el pueblo de Derry se siente sin vida. Todo avanza de manera acelerada, sin entrar en muchos detalles (de la época, los asesinatos o la vida de ciertos personajes) y en gran medida se debe a que existe una urgencia evidente por tratar de hacer de Pennywise algo muy grande, de llevarlo a niveles icónicos con la nueva audiencia y ello conlleva una sobreexposición que por ciertos lapsos hacen sentir sus apariciones algo forzadas.

Ahora, aun con este inconveniente, la película en general diría que funciona. Nunca se siente aburrida y el ritmo utilizado nunca permite que el espectador se relaje lo suficiente para que así algunos de los sustos fáciles utilizados resulten efectivos. Igualmente, la atmósfera generada y la propia dinámica entre los niños logran crear momentos lo suficientemente sólidos para explotar por completo el concepto de que personas ordinarias son capaces de lograr cosas extraordinarias ante situaciones que van más allá de su comprensión.

La parte final es lo que si considero su mayor problema, ya que es aquí donde se dan muchos de los cambios más marcados y no creo que sean para bien. Simplemente este enfrentamiento nunca termina por explotar, resulta muy convencional y vuelve desechable un personaje vital (Henry Bowers); aunque al menos si contiene un nivel de violencia decente.

En el tema de las actuaciones debo de decir que los miembros del club de los perdedores están estupendos; especialmente Finn Wolfhard (Richie), Sophia Lillis (Beverly) y Jack Dylan Grazer (Eddie). Mientras que Bill Skarsgard como Pennywise no me desagradó, en verdad resulta aterrador con su mera presencia, pero si se ve algo afectado por la sobreexposición de la que hable previamente.

La producción es de primer nivel: el trabajo de fotografía es espectacular, la dirección de arte es detallada, el score muy bueno, el trabajo de sonido impecable y la labor de maquillaje en cuanto a la caracterización de Skarsgard es de nota alta. El único punto bajo viene con los efectos, los cuales en su mayoría están bien hechos, pero al recaer tanto en el uso del CGI existen ciertas escenas en donde si dejan mucho que desear.

Opinión final: It me entretuvo, es buena película, pero esperaba mucho más. Su excelente reparto y estilo visual no son suficientes para llevar esta adaptación a otro nivel.

Ojometro:
****