Película basada en la novela “La Voce Della Pietra”, la cual está dirigida
por Eric D. Howell y cuyo guión fue escrito por Andrew Shaw. Se estrenó por medio de VOD
dentro de los Estados Unidos en 2017 y desde esta semana ya se encuentra
disponible en Netflix.
Sinopsis:
Verena (Emilia Clarke) es una
joven enfermera a la que contratan en un aislado castillo en la Toscana para
que ayude a un niño que dejó de hablar. Un caso difícil que no piensa
abandonar, pero con el cual pronto empezará a vivir situaciones que van más
allá de su lógica y que poco a poco pareciera que la consumen también a ella.
Comentarios generales:
Contar con la presencia de una
actriz que participa en una de las series de televisión más importantes de la
actualidad hizo que Voice from the Stone obtuviera muchos más reflectores de
los que probablemente hubiera tenido con alguien más, así que de la noche a la
mañana se convirtió en una película de interés mucho mayor y, por ende, una que
para muchos era un must see en el 2017. Sin embargo, sus extraños problemas de
distribución hacían suponer que algo raro ocurría y después de verla queda
claro el por qué de esto, ya que no solo se trata de un trabajo mediocre, sino
que además es de las cosas más aburridas que he visto últimamente.
Algo que en gran medida se debe a
que Howell y Shaw nunca parecen tener definido cómo presentar su propuesta al
establecer un escenario ideal para desarrollar una historia de terror con un
tono bastante oscuro, pero que con el pasar de los minutos nunca termina de ser
explotado con esa finalidad y realmente solo sirve para mostrar escenas
visualmente atractivas. Lo cual es una pena porque el inicio de la película no
me pareció malo; de hecho, es por demás efectivo al establecer a un personaje
femenino con fuertes convicciones que al mismo tiempo puede ser cariñosa y
afectiva con un niño cuyo estado sirve como la vía perfecta para ir insertando
las dudas con respecto a si existen elementos sobrenaturales o si simplemente
se trata de un trauma que necesita atención medica.
Sin duda algo genérico, pero
sirve… al menos por un periodo breve de tiempo. Ya que no tiene que pasar mucho
para que las cosas se empiecen a volver aburridas gracias al ritmo lento
implementado y porque con el avanzar de los minutos la sensación de duda que
uno pudiera haber tenido en un inicio desaparece por completo.
Descifrar lo que ocurre no es tan
difícil, la mezcla de realidad y fantasía está tan mal balanceada al grado de
que lo que uno ve en pantalla se siente con una falta de inspiración terrible y
como algo que fue puesto ahí bajo el único propósito de alargar el tiempo de
metraje o explotar la locación. Realmente nada lleva a construir un misterio interesante
o a generar suspenso, incluso el propio tema central (el problema del niño) va
obteniendo tintes secundarios por el poco sentido que tiene y, sobre todo, por
un giro ridículo que se implementa para la parte final.
De pronto algo que creías iba por
un camino más oscuro se transforma por alguna razón en un lio romántico sin
pies ni cabeza que provoca el deterioro mental de Verena y desencadena una
serie de eventos que para este punto no añaden ningún tipo de impacto o
sorpresa. Dejando como único camino posible un final feliz que desentona por
completo con el tono previo y no explica demasiado.
De las actuaciones no tengo
queja, realmente Emilia Clarke es quien hace que la película no sea tan
insufrible con su deterioro progresivo y Marton Csokas (Klaus) cumple a secas
con su papel. La producción también es de buena calidad: el trabajo de
fotografía es estupendo, la dirección de arte está bien cuidada, el score
cumple, el trabajo de sonido es bueno y todo lo referente a efectos/maquillaje
es ínfimo.
Opinión final: Voice from the
Stone es decepcionante. Una película aburridísima que nunca tiene claro qué es
lo que te quiere contar.
Ojometro:
**
**