Película escrita y dirigida por Jason
Rutherford, la cual significa su ópera prima. Se estrenó en VOD dentro de los
Estados Unidos el pasado 1 de abril, pero todavía no hay información sobre si
saldrá en formato físico.
Sinopsis:
A Harris (James Henderson) y su
madre les gusta ir a ver películas, pero siempre parece que los idiotas los
persiguen en el cine para hacerles imposible disfrutarlas. Aunque pronto dichos idiotas empezarán a ser asesinados por un misterioso individuo mientras Harris confronta
no solo su propio pasado, sino también su salud mental.
Comentarios generales:
Todo el mundo debe de empezar de
algún modo y en una industria como la del cine eso es probablemente de las
cosas más complicadas, ya que incluso con las facilidades tecnológicas de la
actualidad el filmar una película es un verdadero reto por todo lo que involucra. Por
eso cuando me topo con algún trabajo que significa un debut le suelo dar una
oportunidad, es un riesgo calculado que estoy dispuesto a tomar porque
básicamente es la única manera en la que vería estos trabajos con los que las
probabilidades de encontrar buenas cosas son bajas y demasiado altas para
toparme con bodrios como Shhhh!.
Y es que en verdad esta es una de esas
películas que cuesta trabajo entender cómo diablos alguien le dio el visto
bueno para distribuirla porque apenas se puede considerar por encima de un
trabajo escolar. Donde Rutherford se escuda detrás del cine serie b para
presentar mucha basura dentro de algo que en esencia se podría decir que es un
slasher, pero que también quiere manejarse de manera muy superficial como
thriller para darle un poco más de desarrollo a una historia en la que resulta
complicado identificar exactamente cuál es su atractivo.
Ya que los asesinatos, si bien
son llamativos (uno incluso raya en lo grotesco), solo representan un
complemento circunstancial para generar dudas con respecto al personaje de Harry
y así poder brindar la pequeña dosis de misterio que encaje con la parte
detectivesca. Lo cual en teoría no se escucha tan mal, pero en la práctica
resulta una aberración porque no solo se trata de un personaje que te genera poco interés
o empatía, sino que además los eventos que giran alrededor de este son muy estúpidos
al estar llenos de diálogos dignos de conversaciones adolescentes y por la
poca fluidez que existe entre escenas.
De lo poco positivo que puedo
decir es que al menos logran mantener bien escondidas las sorpresas para la
parte final. Una que es igual de absurda que el resto de la película, pero al
menos todas las piezas encajan de manera decente y te hacen pensar un poco en
detalles que te las indicaban durante el resto del metraje.
Las actuaciones son espantosas, claramente
la mayoría de los actores son amateurs y todo luce increíblemente acartonado o caricaturesco.
La producción es lo que uno se espera de un filme como estos: el trabajo de fotografía
es pobre, el score es genérico, el trabajo de sonido es un desastre total, los efectos son
prácticos pasables y la labor de maquillaje luce de atracción de feria.
Opinión final: Shhhh! es
horrible. Evítenla a toda costa.
Ojometro:
*
*