viernes, 27 de julio de 2018

Crítica: Revenge (2018)


Película escrita y dirigida por la francesa Coralie Fargeat, la cual significa su primer largometraje. Se estrenó en cines dentro de Francia a inicios de año y tanto en México como en los Estados Unidos (aquí también en VOD) durante  el mes de mayo, mientras que su salida en formato físico está anunciada para el próximo 7 de agosto.

Sinopsis:

Tres empresarios se reúnen para su cacería anual en el desierto, pero uno de ellos llega acompañado por su joven amante que rápidamente despierta el interés de los otros dos. Esto provoca que las cosas se salgan de control y ella termine muerta… o al menos eso es lo que piensan.



Comentarios generales:

El cine de explotación ha estado ligado al género de terror durante años y por lo regular representa una de las combinaciones más detestadas por parte de la crítica especializada, son películas que ni siquiera suelen recibir una oportunidad y son masacradas hasta más no poder. Es por eso que cuando vi que Revenge estaba siendo bien recibida por su parte me sorprendí; simplemente es algo anormal, de esas cosas que pasan muy de vez en cuando, pero después de verla pude entender bastante bien el porqué de esto.

Y es que se trata de una película que encaja perfectamente con el contexto mundial al presentar una historia cuyo objetivo principal es empoderar a su protagonista, aunque en este caso bajo la visión de una directora. Una situación que no es nueva dentro del cine de terror (American Mary, M.F.A) y que muchos encontrarán poco novedosa de inicio considerando que Fargeat construye un primer acto básico, el cual sigue la misma estructura de trabajos anteriores en el que solo cambia el escenario donde se desarrollan las acciones, pero que resulta efectivo para sus propósitos de generar empatía por el personaje de Jen y gran desprecio por los personajes masculinos.

Realmente durante la primera media hora no ocurre nada fuera de lo común, sin embargo, una vez que se da la “muerte” de Jen las cosas cambian de manera radical. Ya que a partir de aquí la directora se toma ciertas libertades para presentar una venganza agradable de ver que se realiza bajo un ritmo ágil y donde se integran elementos de impacto de manera puntal que ayudan a mantener el enfoque intacto a pesar de contar con algunas situaciones que por momentos resultan un poco difíciles de creer.

La parte final la encontré sumamente entretenida. Es un baño de sangre que visualmente le añade mucho a un enfrentamiento que hubiera resultado muy blando sin el vital líquido siendo expuesto en esa cantidad, aunque sin llegar nunca a niveles grotescos innecesarios para conseguir un shock barato.

En las actuaciones quien más destaca es Matilda Lutz (Jen), quien en su papel de mujer vengativa lo hace perfecto; mientras que Kevin Janssens (Richard) hace lo necesario en su rol de villano. La producción es cumplidora: el trabajo de fotografía es sólido, el score está ok, el trabajo de sonido es limpio, los efectos están muy bien logrados y la labor de maquillaje resulta efectiva.

Opinión final: Revenge es entretenida. Película que les hará pasar un rato agradable con su violencia.

Ojometro:
****