martes, 3 de julio de 2018

Crítica: Primal Rage (2018)


Debut tras la cámara del director Patrick Magee, quien comparte créditos como co-escritor del guión junto a Jay Lee. Se estrenó vía VOD durante el mes de febrero dentro de los Estados Unidos, mientras que su salida en formato físico se dio este 3 de julio.

Sinopsis:

El viaje por carretera de una pareja recién reunida se vuelve una auténtica pesadilla cuando se ven forzados a enfrentar a la naturaleza, desagradables lugareños y a una temible criatura conocida por los nativos americanos como Oh-Mah.



Comentarios generales:

Si han seguido el blog desde sus inicios sabrán que, salvo por algún caso aislado, las películas sobre Pie Grande o cualquier similar suelen ser de las peor valoradas; simplemente son un tipo de trabajos que parece nunca podrán dar un salto de calidad considerable y siempre seguirán viviendo del morbo que se genera en torno a esta enigmática criatura. Sin embargo, en el caso de Primal Rage parecía que había algo distinto como para variar un poco la fórmula gracias a la manera en la que iban a utilizar a la criatura; se notaba que se iban a salir de la zona de confort y así fue... por determinados momentos nada más.

Y es que con la trayectoria de Magee en el área de efectos especiales se podía esperar que Oh-Mah tuviera más relevancia y no solo breves apariciones mientras lo dejaban escondido el 95% de la película, lo cual efectivamente ocurre, aunque no de la manera más interesante. Esto porque durante el primer acto la situación de peligro que se nos presenta con esta pareja no es precisamente destacada, más bien se trata de una secuencia de acciones que en teoría deberían de incrementar la sensación de riesgo, pero que en la práctica solo son sucesos genéricos en los que de manera algo cómica se ven asechados por la criatura.

Ya para el segundo acto es cuando las cosas adquieren un poco más de forma al añadir un conflicto con un grupo de personajes secundarios cuyo único propósito es servir como costales de carne para cuando llega la masacre. Una que definitivamente no decepciona gracias a la violencia e impacto visual que contiene, convirtiendo así esta parte en una muy entretenida por el nivel de intensidad que maneja y porque el ritmo fluye de manera ágil; además de que tiene cierto encanto el ver a la criatura mostrar una inteligencia mayor a la  habitual.

Lamentablemente una vez que pasa esto es muy claro que las ideas dejaron de fluir y se empiezan a mostrar cosas que tienen poco sentido como la integración de una bruja o un ritual nativo que no aporta nada. Terminando con el ritmo fluido y generando así una parte final pobre; en donde el impacto sigue presente por medio de un enfrentamiento que cuenta con alguno que otro momento destacado, más no hace mucho por brindar un cierre memorable.

Las actuaciones están decentes, realmente al ser una película tan básica no se requieren cosas increíbles en este aspecto y todos hacen lo mínimo necesario. La producción es su punto más fuerte: el trabajo de fotografía es adecuado, la dirección de arte muy limitada, el score cumple, el trabajo de sonido es sólido, los efectos están muy bien hechos y la labor de maquillaje es impecable.  

* Cuenta con una escena post-créditos

Opinión final: Primal Rage es decepcionante. Tiene cosas interesantes por aquí y por allá, pero en conjunto deja mucho que desear.

Ojometro:
**