viernes, 20 de julio de 2018

Crítica: Incident in a Ghostland (2018)


Película escrita y dirigida por el francés Pascal Laugier (Martyrs, The Tall Man). Se estrenó en cines dentro de Francia durante el mes de marzo y en México hizo lo propio este pasado fin de semana; mientras que en los Estados Unidos lo hizo directamente en VOD. Su salida en DVD está confirmada para el próximo 24 de julio.

Sinopsis:

Una madre y sus dos hijas adolescentes son aterrorizadas por un par de psicópatas durante la primera noche en su nueva casa. Un evento que cambiará sus vidas para siempre.



Comentarios generales:

Cuando se supo que Pascal Laugier estaba trabajando en algo nuevo la emoción entre los fans del género fue evidente, al final de cuentas hablamos de uno de los directores que nos regaló uno de los trabajos más brutales de la década pasada. Sin embargo, hace unos años decepcionó a más de uno con su propuesta en “The Tall Man” y por ello había ciertas dudas con respecto Incident in a Ghostland (o simplemente Ghostland en algunos mercados); dudas que aumentaron cuando se dio un problema legal con una de las actrices debido a un accidente durante la filmación, pero que creo que fueron superadas de manera satisfactoria.

Y en gran medida se debe a que el director francés regresa a sus raíces con esta película al apostar por la brutalidad como elemento base de su historia, utilizándola prácticamente desde el inicio para regalarnos así una serie de eventos potentes con los que establece rápidamente que no tendrá ningún tipo de concesiones con los personajes femeninos y que tratará de llevar a sus límites al propio espectador. Aunque para eso también juega un poco con la estructura del filme al presentar un escenario futuro del cual no pretendo hablar mucho para no arruinarles la experiencia, pero que se vuelve fundamental para integrar cierto terror psicológico que le añade profundidad a algo en apariencia muy predecible.

Logrando así que el segundo acto sea uno intenso, donde el ritmo en general es fluido y el nivel de violencia se mantiene prácticamente intacto para seguir con la tendencia inicial de mostrar un espectáculo brutal en el que el sufrimiento de las protagonistas sea muy marcado, aunque no en niveles tan altos como vimos en Martyrs. Esto en gran medida porque también utiliza ciertos elementos para generar suspenso y algunos sustos fáciles que por momentos resultan excesivos; además de que aquí se presenta al personaje de Beth como un contrapeso importante que es capaz de mantener cierto balance entre ambas partes.

Todo realmente funciona de manera adecuada, hasta que llega la parte final.

Una que no considero mala en realidad dado a que sigue manteniendo mucha fuerza y violencia, sin embargo, por momentos si se vuelve un poquito aburrida al tratar de explotar nuevamente el tema psicológico que, a diferencia de lo ocurrido previamente, aquí se siente algo forzado y termina por afectar la fluidez con la que se había desarrollado el filme hasta el momento. Igualmente, el que no expliquen mucho sobre los asesinos te deja con cierta sensación de vacío.

Las actuaciones están bastante bien, Crystal Reed (Beth niña) hace un gran trabajo con un papel que le exige mucho tanto emocional como físicamente, mientras que el resto del elenco tampoco lo hace mal (en especial Anastasia Phillips como Vera adulta). La producción también es de buena nota: el trabajo de fotografía es estupendo, la dirección de arte está muy bien cuidada, el score cumple, el trabajo de sonido no tiene fallos, los efectos son sólidos y la labor de maquillaje está ok.

Opinión final: Incident in a Ghostland me entretuvo. En definitiva no es para todo el mundo, pero siempre es bueno ver a alguien regresar a sus raíces.

Ojometro:
****