miércoles, 24 de octubre de 2018

Crítica: Down a Dark Hall (2018)


Adaptación de la novela del mismo nombre escrita por Lois Duncan, la cual está dirigida por Rodrigo Cortés (Buried) y cuyo guión fue co-escrito por Michael Goldbach y Chris Sparling. Se estrenó en cines y VOD dentro de los Estados Unidos durante el mes de agosto, mientras que su salida en formato físico se dio el pasado 16 de octubre.

Sinopsis:

Una problemática adolescente llamada Kit (AnnaSophia Robb) es forzada a unirse a Blackwood, un exclusivo internado totalmente alejado de la sociedad. Ahí descubrirá un nuevo talento, pero también se verá  atrapada por fuerzas oscuras que rodean a la directora del lugar Madame Duret (Uma Thurman).



Comentarios generales:

Antes que nada debo de decir que, a pesar de que siempre he tenido conocimiento de su existencia, nunca he leído la novela. Es por eso que Down a Dark Hall no me generaba gran interés y la verdad parecía más un intento por captar un público juvenil que otra cosa, tenía todo el sello característico de esas producciones; sin embargo, un par de nombres llamaron mi atención como para que decidiera a verla y al final me encontré un producto más digerible de lo que esperaba.

Y no es tanto porque lo que nos presente Cortés no se enfoque en dicho público, ya que si lo hace, pero siempre mantiene esa fina línea que permite captar el interés de otro tipo de espectadores en esta historia. Una que dicho sea de paso es bastante básica de inicio, presentándonos una serie de personajes que, salvo por Kit y Madame Duret, no son precisamente muy interesantes que digamos; en especial cuando supuestamente la mayoría de las estudiantes que se encuentran ahí tienen vidas caóticas de las cuales apenas logramos conocer lo mínimo mientras presentan el típico comportamiento adolescente que no lleva a grandes cosas, salvo por el misterioso surgimiento de sus talentos.

Hasta aquí realmente la película es bastante aburrida, aunque la atmósfera gótica que se logra construir y toda la cuestión de los talentos son suficientes para capturar la curiosidad del espectador hasta que llegue el segundo acto. Uno que se desarrolla con mejor ritmo y empieza a jugar mucho más con los elementos sobrenaturales para poder generar una sensación de peligro mayor conforme se va exhibiendo el deterioro de las chicas, además de que se profundiza de manera decente lo que hay detrás. Esto último a pesar que por momentos resulta complicado hacerlo ante los pocos detalles proporcionados.

La parte final es entretenida. Si se siente un poco acelerada y eso hace que las muertes presentadas no tengan el impacto que deberían, pero si logra brindar ese cierre a gran escala que debía tener considerando el escenario imponente en el que se realiza la historia.

En las actuaciones es donde tiene uno de sus puntos más fuertes debido a que AnnaSophia Robb y Uma Thurman están bastante bien en sus respectivos roles, ambas son quienes muestran más personalidad dentro de un elenco que por grandes lapsos no la tiene y son en gran parte quienes le inyectan vida a esto. La producción es de buena factura: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte está muy bien cuidada, el score me agradó, el trabajo de sonido es efectivo y los efectos cumplen la mayoría del tiempo.

* Cuenta con una breve escena post-créditos

Opinión final: Down a Dark Hall está ok. Una película para pasar el rato que dentro de un par de años estará en TV para especiales de Halloween.  

Ojometro:
***