Primer largometraje del director Storm
Ashwood, quien comparte créditos junto con Tessa Alana como co-escritor del
guión. Se estrenó en cines dentro de Australia durante el mes de julio,
mientras que su salida en otros países, ya sea en VOD o formato físico, se dio
el pasado 23 de octubre.
Sinopsis:
Cuando una doctora despierta en
una escuela abandonada, ella tendrá que sobrevivir a un terror sobrenatural y
enfrentar sus propios demonios si desea encontrar la verdad sobre el paradero
de su hijo perdido.
Comentarios generales:
Cuando se trata del cine de
terror australiano lo primero que se te viene a la mente es el gore o
experiencias sumamente violentas, ese es su sello particular y resulta difícil
poder quitártelo de la cabeza. Características que parecía que íbamos a ver con
The School gracias a que en la labor promocional siempre se manejó así, pero la
realidad fue otra y lo que terminamos viendo es tal vez una de las películas
australianas más ligeras que se han hecho en los últimos años.
Y no es que este mal eso, aunque
Ashwood bien pudo haber hecho uso de dichas características considerando que nos
cuenta una historia bastante confusa y que tarda demasiado tiempo en establecer
la lógica que hay detrás. Poniéndonos de entrada bajo una dinámica en la que se
intercambian los escenarios de manera constante para jugar con el tiempo y
generar dudas inmediatas con respecto al paradero de Amy, lo cual en teoría se
escucha interesante, pero en la práctica no funciona tan bien debido a que esto
vuelve complicado involucrarse de lleno en su situación y sentir empatía hacia
ella.
Además en este punto todos los
eventos dentro de la escuela no siguen un patrón claro, solo quedan en simples
ocurrencias sin demasiado peso hasta que inicia la búsqueda del hijo durante el
segundo acto. Una búsqueda que mejora ligeramente las cosas, más que nada
porque es aquí donde dejan de intercambiar los escenarios para que se tenga una
dinámica ágil y se brinda claridad sobre lo qué es este lugar; sin embargo, la
persecución que se lleva a cabo en ningún momento añade intensidad o por lo
menos situaciones de verdadero apremio. Todo es sumamente ligero y por determinados
periodos el comportamiento de ciertos personajes resulta caricaturesco.
La parte final tampoco ayuda a incrementar
el nivel. La revelación importante no es tan impactante como debería pero si
puede tomar a más de uno por sorpresa, nada más que la utilizan de manera muy
superficial y con esto algo que, en teoría debería ser desgarrador, solo alcanza
para ofrecer un desenlace desabrido.
En el tema de las actuaciones
puedo decir que la mayoría de los niños/jóvenes están apenas decentes, mientras
que Megan Drury (Amy) nunca te logra convencerte de que es una madre totalmente
desesperada por encontrar a su hijo ante las dificultades que muestra para
reflejar grandes emociones. De la producción no tengo grandes quejas: el
trabajo de fotografía es cumplidor la mayor parte del tiempo, la dirección de
arte correcta, el score es genérico, el trabajo de sonido tiene ciertos
altibajos, los efectos son mínimos y la labor de maquillaje resulta efectiva.
Opinión final: The School es
bastante mala. Una película sin mucho sentido que provoca más bostezos que otra
cosa.
Ojometro:
**
**