Secuela directa del clásico de
1978 dirigida por David Gordon Green, quien comparte créditos como co-escritor
del guión junto a Danny McBride y Jeff Fradley. Se estrenó dentro de los
Estados Unidos y México este pasado 19 de octubre.
Sinopsis:
Laurie Strode (Jamie Lee Curtis)
se prepara para su confrontación final con Michael Myers, la figura enmascarada
que lleva atormentándola desde que ella apenas escapó con vida de su ola de
asesinatos en la noche de Halloween hace cuarenta años atrás.
Comentarios generales:
Cuando se trata de Halloween
suelo ser increíblemente quisquilloso debido a que es mi película favorita y
todo lo relacionado a esta lo he tratado con pinzas desde siempre. Es por eso
que cuando se anunció este nuevo proyecto me encontraba escéptico, al final de
cuentas hablamos de una franquicia que ha tenido más puntos bajos que altos y
que parecía ya no tener futuro; sin embargo, conforme se fueron revelando
detalles esta nueva entrega se volvía cada vez más atractiva y para nuestra
fortuna cumple de manera sobresaliente al ofrecer lo que, en teoría, es un
nuevo inicio.
Y lo hace de la manera más
inteligente posible gracias a que Gordon Green regresa a las bases que en su
momento Carpenter estableció, al darle prioridad a lo básico en lugar de tratar
de sobre elaborar un tema al que claramente lo beneficia más la simpleza. Estableciendo
desde el primer instante que Michael Myers es la maldad pura, que su deseo de
matar es impulsado por eso y que no hay nada más que explicar al respecto;
generando así rápidamente el camino a seguir para eliminar del canon a las
secuelas que fallidamente trataron de hacerlo y, de paso, empezar a contarnos
una historia que es prácticamente la misma que en 1978 con una notable
diferencia.
Obvio esa diferencia es el
personaje de Laurie Strode, quien ahora vive obsesionada con Myers y es la
única que entiende a la perfección su naturaleza al grado de que ha hecho
pedazos su vida para mantenerse en su propio mundo de alerta constante.
Sirviendo así como el hilo conductor durante un primer acto en el que
ciertamente no pasan grandes sobresaltos, pero que te suelta lo necesario sobre
el drama familiar y prepara el camino para el caos que está por venir sin
demasiadas prisas; dosificando todo para que cuando el mítico asesino haga su
movimiento este resulte salvaje.
Y es que si bien la película le
da más relevancia al misterio, cuando pretende añadir impacto no se guarda
nada. Varias de las muertes en cámara agregan el nivel de intensidad y sangre necesaria
para compensar a las que se dan fuera de esta durante un segundo acto que, además, nos presenta sutiles referencias a las ahora ignoradas secuelas y hace
sentir a Myers como una amenaza casi omnipotente por medio de cosas tan
sencillas como ocultarlo entre la oscuridad.
Hasta aquí las cosas van muy
bien, por ahí existen algunos detalles que no funcionan (cierto humor y escenas random
como una plática sobre un sándwich), pero es el enfrentamiento
final la que la eleva a algo más. Con Laurie transformando su “jaula” en una
verdadera trampa con la cual vuelve a demostrar que solo ella entiende a ese
mal andante y en donde se dan los momentos más tensos de toda la película, los
cuales se ven complementados con varios guiños a la original re- imaginados de
manera perfecta.
En las actuaciones es
bastante sólida, pero evidentemente quien resalta es Jamie Lee Curtis con un
papel que conoce como la palma de su mano y no decepciona con este nuevo
enfoque obsesivo. La producción es de gran factura: el trabajo de fotografía es
estupendo, la dirección de arte sólida, el score (cortesía del propio
Carpenter) es genial, cuenta con un trabajo de sonido excelente y tanto los
efectos como la labor de maquillaje cumplen.
Opinión final: Halloween es una
de las mejores películas de 2018. Una tan necesaria reinvención que regresa a
la franquicia a sus bases para ofrecer una experiencia que no decepcionará a
los fans.
Ojometro:
*****
*****