martes, 6 de septiembre de 2022

Crítica: Men (2022)

Película escrita y dirigida por Alex Garland. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos durante el mes de mayo, mientras que su salida en formato físico se dio el pasado 9 de agosto.

Sinopsis:

Harper (Jessie Buckley) se va de vacaciones al campo inglés después de la muerte de su ex esposo, aunque estando ahí sus culpas y extrañas interacciones la harán vivir una auténtica pesadilla. 


Comentarios generales:

Hay películas que con solo ver el trailer sabes que van a polarizar a la audiencia, sobre todo si se tratan de trabajos de directores que tienen una visión muy particular sobre cómo hacer cine y su objetivo no es precisamente el mainstream. Por ello es que Men me resultaba intrigante desde muchos frentes y además al tratarse de una producción de A24 la polémica no iba a faltar, aunque ciertamente el resultado final es un tanto desabrido.

Y es que lo traído por Garland es una historia que por grandes lapsos resulta muy ambigua mientras trata de explorar el duelo de Harper y las consecuencias que ha traído la muerte de su esposo para ella a nivel mental y emocional. Iniciando con algo relativamente simple al establecer un escenario agradable a la vista y una sensación de inquietud ante la presentación de Geoffrey, cuyo comportamiento no es particularmente amenazante pero si tiene un toque de rareza que invariablemente empieza a insertar dudas con respecto a la seguridad de nuestra protagonista.

Esto bajo un ritmo que no es el más ágil, aunque tampoco precisamente lento y eso ayuda a que conforme pasan los extraños encuentros que tiene Harper se vaya generando una tensión agradable que poco a poco incremente la sensación de peligro. Lo cual funciona hasta cierto punto, pero una vez que nos vamos encontrando con más y más personajes masculinos se empieza a notar la falta de enfoque en el desarrollo debido a que varios solo están ahí porque si, planteando más preguntas de las que probablemente te hubieras esperado y tratando de explorar diversos temas o ideas que siempre se quedan más como meras curiosidades abiertas a la interpretación.

Algo que no estaría mal si para la parte final se ofrecieran algunas respuestas, sin embargo, eso no ocurre y mejor se opta por ir más en búsqueda de la espectacularidad que de la coherencia. Ya que en el desenlace nos encontramos con una de las secuencias de body horror visualmente más llamativas que se han visto en mucho tiempo, dejando un referente técnico que sin duda aporta su dosis de shock considerable, más no una conclusión que te aclare de cierta manera lo que acabas de ver y evite que el cierre se sienta incompleto.

Sobre las actuaciones hay que decir que probablemente son el aspecto más fuerte de la película al tener a una Jessie Buckley que en todo momento logra reflejar unos conflictos internos muy fuertes y cuando tiene que demostrar temor también lo consigue sin contratiempos. Mientras que Rory Kinnear logra darles vida a múltiples personajes de una manera impecable, haciendo que cada uno tenga su sello particular para generar una sensación de peligro o rareza.

De la producción vemos buenas cosas. El trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte no es la gran cosa, el score es fantástico, el trabajo de sonido cumple, la labor de maquillaje está bien cuidada y los efectos, cuando son prácticos, son de primer nivel. Aunque el CGI con uno de los personajes de Kinnear es terrible. 

Opinión final: Men está ok. Película ambigua que generará muchas opiniones divididas.

Ojometro:
***