sábado, 17 de septiembre de 2022

Crítica: Orphan: First Kill (2022)

Precuela de la película de 2009, la cual está dirigida por William Brent Bell (The Boy) y escrita por David Coggeshall. Se estrenó a mediados de agosto por medio de Paramount+ dentro de los Estados Unidos, mientras que en México llegó a las salas de cine el pasado 15 de septiembre; recaudando hasta la fecha $14.5 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Después de orquestar un brillante escape de un hospital psiquiátrico en Estonia, Esther (Isabelle Fuhrman) viaja a los Estados Unidos para hacerse pasar como la hija desaparecida de una acaudalada familia.


Comentarios generales:

“Orphan” no es una película que se pueda considerar trascendental dentro del género de terror, sin embargo, cuenta con uno de los plot twists más memorables de todos los tiempos y eso ha logrado que se mantenga en la memoria colectiva durante todos estos años. Así que no es de extrañar que alguien quisiera aprovechar eso a pesar de que existían retos muy evidentes para realizar una nueva entrega; retos que hacían pensar en un potencial desastre, pero afortunadamente Orphan: First Kill es un producto que te termina dejando un buen sabor de boca.

Y mucho se debe a que William Brent Bell y compañía tratan de manera cuidadosa cada aspecto de esta precuela, tanto en el lado creativo como en el lado técnico para lograr que la historia de Esther pueda resultar lo más convincente y entretenida posible.

Iniciando con lo que se podría decir que es la parte de origen de nuestra protagonista sin que se tenga que retroceder tanto en el tiempo, la cual desde el primer instante deja bien claro lo peligrosa y manipuladora que puede llegar a ser por si de mera casualidad se hubiera olvidado dicho aspecto con el pasar de los años. Lo que ayuda a establecer un tono oscuro desde el primer acto que no solo solidifica el retorcido modus operandi de Esther, sino que además logra exponer un nivel de violencia suficiente como para ir generando momentos que provoquen un ritmo estable y ágil que sea capaz de sostener la película incluso durante sus periodos más pesados.

Unos que sin duda los tenemos justo pasando los primeros 30 minutos cuando las acciones se centran en el tema familiar y por lo consiguiente se tiene que recaer en eventos poco llamativos que van pintando un panorama demasiado predecible con el que solo esperas ver que ocurra algo similar a la primera entrega. Sin embargo, cuando parece que todo está dicho se hace una revelación que cambia por completo la dinámica de las acciones y con ello se abre un panorama que le brinda incluso un toque más perturbador al desarrollo.

Poniendo a nuestra protagonista en una posición totalmente desconocida para ella (y para el espectador) al obligarla a actuar de maneras no tan directas como nos tiene acostumbrados, haciendo con esto que la parte final sea una bastante sólida. Sobre todo porque se logra mantener el suspenso en un nivel alto y, aunque ya sabemos cómo terminará, cuenta con la capacidad de tenerte expectante sobre la manera en la que se llevará a cabo el desenlace.

En lo que respecta a las actuaciones tenemos a una Isabelle Fuhrman que lo hace bastante bien, incluso tomando en cuenta que por cuestiones obvias ya no puede manifestar de manera  natural la inocencia infantil de antes. Aunque es Julia Stiles (Tricia Albright) la que termina sorprendiendo con un personaje cuya evolución a lo largo del filme requería mayor trabajo y esta logra cumplir en cada aspecto.

Sobre la producción, es de buena factura: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte está bien cuidada, tiene un buen score, el trabajo de sonido es limpio, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje es discreta.

Opinión final: Orphan: First Kill me gustó. Película que sabe explotar sus mejores virtudes para poder brindarte un visionado entretenido.

Ojometro:
****