viernes, 16 de diciembre de 2022

Crítica: Bring It On: Cheer or Die (2022)

Película dirigida por Karen Lam (Stalled, Evangeline). Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos a finales de septiembre, mientras que también salió para TV por medio del canal Syfy el pasado 8 de octubre.

Sinopsis:

Cuando un equipo de porristas va a practicar su rutina durante la noche de Halloween en una escuela abandonada, un misterioso asesino empieza a encargarse de ellos uno por uno.


Comentarios generales:

De las franquicias que siguen con vida de aquella época no hay muchas que exhalen la esencia de la comedia juvenil de inicio de los 2000s como Bring It On, así que el que tomara un rumbo hacia el género de terror fue sin duda algo sorpresivo para todo mundo. Aunque al tratarse de una producción del canal Syfy, con todo su historial de locuras detrás, dicha excentricidad no hizo más que generarme mucha curiosidad porque tal vez podríamos estar ante una sorpresa como lo fue “Slumber Party Massacre” durante el año pasado, pero lamentablemente Cheer or Die está lejos de replicar dicho éxito. 

Esto porque es evidente que lo presentado por Lam solo trata de aprovecharse de la rentabilidad actual del género al traernos una historia que mantiene los elementos base de la franquicia pero le añade de manera forzada el tema slasher. Todo bajo un tono juvenil que por cuestiones obvias debe de estar presente y que en cierta forma es el primer gran fallo en esto, no tanto porque exista, sino porque es claro que se tenía mucho miedo de cruzar determinada línea en lo que al nivel de violencia se refiere para poder seguir buscando un público joven y ante la restricción natural existente todo lo que involucra al asesino es demasiado blando.

Lo cual hace que el primer acto resulte totalmente olvidable y sea hasta pasada la primera media hora de metraje cuando se puede considerar que la película de terror como tal da inicio, sobre todo porque a partir de la primera muerte se entra a una dinámica estándar propia del slasher bajo un ritmo bastante ágil. Brindando con eso los que son los minutos más entretenidos sin que se llegue a ofrecer nada espectacular y el uso de un humor que tiene algunos destellos positivos, pero también puede llegar a ser fastidioso porque desentona con ciertas situaciones que simplemente no lo ameritaban considerando la tensión que estas deberían de proporcionar.

Provocando así que para la parte final no se llegue de la mejor manera posible, aunque por lo menos el misterio sobre la identidad del asesino no es tan predecible y eso le brinda algunos puntos a su favor. Lo malo es que una vez que esta se revela las cosas empiezan a caer en lo ridículo con el conflicto final, donde se tiene que añadir a fuerza el tema de las rutinas y con ello cualquier tipo de impacto que pudiera llegar a tener el cierre se pierde por completo.

Las actuaciones son los que uno espera de una película juvenil con estereotipos como esta e incluso con esas características tan exageradas la mayoría del elenco no deja nada para recordar. Mientras que en producción se nota el presupuesto limitado: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte es muy básica, el score no destaca, el trabajo de sonido es limpio y todo lo referente a efectos/maquillaje es muy discreto para tratarse de un slasher.

Opinión final: Bring It On: Cheer or Die es decepcionante. Slasher del montón que se te olvidará en un par de horas.

Ojometro:
**