viernes, 19 de noviembre de 2021

Crítica: The Stairs (2021)

Película dirigida por el debutante Peter 'Drago' Tiemann, quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Jason L. Lowe. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos durante el mes de agosto, mientras que su salida en DVD se dio el pasado 19 de octubre.

Sinopsis:

Lo que inició como una aventura de fin de semana en el bosque pronto se convertirá en una batalla por la supervivencia para un grupo de amigos, quienes tendrán que lidiar con peligros ligados a una misteriosa escalera.


Comentarios generales:

La única razón por la que The Stairs entró en mi radar fue más que nada porque su concepto de la escalera me recordaba un poco a la tercera temporada de Channel Zero (Butcher's Block), ya que de lo contrario muy probablemente la hubiera dejado pasar. Simplemente dicha rareza era demasiado atractiva como para echarle un vistazo, a pesar de que el resultado como tal es por demás decepcionante.

Y es que en todo momento se nota la falta de experiencia de Tiemann y Lowe, quienes logran construir una introducción lo suficientemente sólida como para generar interés, pero después de eso no saben cómo expandir de manera sostenida lo planteado. Ofreciéndonos una historia que durante el primer acto no presenta gran complejidad y tampoco le da seguimiento a lo que mostraron en los primeros minutos por enfocarse en otras cosas.

Ya que las escaleras como tal no vuelven a aparecer sino hasta más avanzado el metraje y en general la sensación es que a partir de la media hora solo se trata de meter ideas una tras otra para ver cuál de estas funciona de alguna manera, aunque sin profundizar en lo absoluto para añadirles sustancia. Lo cual deja algunas escenas que en definitiva aportan sangre y violencia, sin embargo, en ningún momento se percibe que tengan algún propósito definido para el desarrollo dado a que nunca explican si tienen conexión ya sea con las escaleras o con un algún tipo de fenómeno supernatural que rodea al bosque.

Simplemente todo se siente hueco y eso continúa incluso durante una parte final en la que por fin se unen algunos puntos vistos en el inicio, pero que solo quedan como mera anécdota ante el nulo peso que tienen en la dinámica general. Dejando así un desenlace sin impacto o grandes respuestas, más si con cierto factor de entretenimiento gracias a las muertes y a la criatura que se presentan.

En lo que se refiere a las actuaciones no hay mucho para destacar más allá de la fugaz aparición de John Schneider. Mientras que en producción tenemos algo por lo menos cuidado: el trabajo de fotografía está ok, la dirección de arte cumple, el score no destaca, el trabajo de sonido tiene altibajos, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje es sólida.

Opinión final: The Stairs es mala. Película sin demasiado sentido que refleja la novatez de sus creadores.

Ojometro:
**

sábado, 13 de noviembre de 2021

Crítica: The Deep House (2021)

Película dirigida por Alexandre Bustillo y Julien Maury, quienes además comparten créditos como co-escritores del guión junto a Rachel Parker y Julien David. Se estrenó en cines dentro de Francia a mediados de año, mientras que en los Estados Unidos salió directamente en VOD el pasado 5 de noviembre.

Sinopsis:

Una joven pareja viaja a Francia para explorar una casa que se encuentra en el fondo de un lago artificial y compartir sus hallazgos para conseguir más visitas en su canal de YouTube. Aunque estando ahí su presencia despertará algo maligno que no tiene intenciones de dejarlos volver a la superficie con vida.


Comentarios generales:

La verdad no es sencillo que un found footage me llame la atención si no se trata de alguna entrega de una franquicia ya establecida o alguna propuesta con una labor promocional que haga imposible no saber de su existencia. Casi siempre las termino viendo por el compromiso que representa el blog, pero en el caso de The Deep House mi interés si era elevado desde que supe de esta y más que nada por el concepto tan peculiar que maneja considerando el subgénero al que pertenece.

Eso la hacía más llamativa de lo usual, pero tristemente lo que nos traen Bustillo y Maury solo se queda en eso debido a que las limitaciones del found footage y la propia naturaleza lenta de las escenas filmadas bajo el agua hacen que esta sea una película con la que nunca sientes que termine por explotar. Contándonos una historia que realmente sigue la estructura habitual conocida y sustenta todo el interés en la novedad de una locación que, por increíble que parezca, tarda casi media hora en aparecer sin dejar nada que destaque en el camino.

Obviamente ya con eso el visionado se empieza a tornar aburrido y el ritmo se ve afectado desde muy temprano, aunque una vez que se presenta la casa esa novedad en la que se sustentan tantas cosas funciona por un determinado periodo tiempo. En gran parte porque el nivel de producción hace que el interior de esta sea al menos interesante de ver. 

Lo malo es que una vez que se te pasa la curiosidad los problemas empiezan a ser evidentes, los cuales van desde jump scares forzados e inefectivos hasta dificultades para ver qué es lo que ocurre en los momentos de más acción debido a los retos con la iluminación y a la inestabilidad con la cámara que conlleva el formato. Además a eso hay que agregarle que la amenaza principal se siente totalmente improvisada y por lo consiguiente no existe el impacto necesario para construir situaciones de riesgo entretenidas. 

Dejando así una parte final en la que lo más peligroso termina siendo la falta de oxigeno y donde la mayoría de las cosas que suceden se sienten con poca importancia.

De las actuaciones se puede decir poco debido a las limitantes que afrontan, pero tampoco hay nada que te haga suponer que pudieron ser mejores. Mientras que en el tema de producción hay cosas interesantes: el trabajo de fotografía tiene altibajos (provocados principalmente por la locación), la dirección de arte es bastante buena, el score cumple, el trabajo de sonido es limpio, los efectos son sólidos y la labor de maquillaje efectiva.

Opinión final: The Deep House es decepcionante. Un concepto interesante que se pierde en lo genérico del found footage.

Ojometro:
**

martes, 9 de noviembre de 2021

Crítica: Last Night in Soho (2021)

Película dirigida por Edgar Wright (Shaun of the Dead), quien comparte créditos como co-escritor del guión junto a Krysty Wilson-Cairns. Se estrenó en cines el pasado 28 de octubre en México e hizo lo propio un día después en los Estados Unidos; recaudando hasta la fecha $12.8 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Eloise (Thomasin McKenzie) es una aspirante a diseñadora de modas que misteriosamente puede transportarse mientras duerme a la década de los 60s, donde se encuentra a una deslumbrante aspirante a cantante. Sin embargo, el glamur no es lo que aparenta ser y los sueños del pasado empiezan a sacar a la luz algo mucho más siniestro.


Comentarios generales:

El que Edgar Wright regresara al género de terror después de tantos años fue algo que provocó mucha emoción debido a que su forma de hacer cine suele ser del agrado de fans de distintas edades y eso provoca que sus películas se vuelvan cuasi mainstream sin que realmente lo sean. Tiene un sello único que atrae miradas y ciertamente con Last Night in Soho desde que se supo de su existencia las tuvo, convirtiéndola así en un trabajo sumamente trascendente dentro de este 2021 y que sin duda generará de todo, menos indiferencia.

Y no es porque lo presentado tenga intenciones de ser divisivo o sumamente polémico, sino mas bien porque nos topamos con una historia que por grandes lapsos resulta vibrante y con un potencial para lograr cosas importantes, pero también cuenta con algunas decisiones creativas que pueden causar una gran frustración dependiendo de lo que cada quien espere.

Con una primera mitad que se maneja de una manera casi perfecta al ponernos ante el personaje de Eloise y los contrastes que tiene de manera natural con su nuevo entorno, así como con la glamorosa Sandie. Logrando así una dinámica extremadamente atractiva por medio de la conexión que existe entre ambas durante los sueños, lo cual aporta glamur y mucha energía por la forma en que dichas escenas se encuentran construidas; dándole su debida importancia a cada personaje mientras de a poco se van soltando detalles con respecto al misterio que existe detrás de tanta aparente felicidad y perfección.

Un misterio que conforme se va develando hace que el tono de la película se torne más oscuro e incluso algo deprimente gracias al tema retratado (la explotación), además de que detona la aparición de fantasmas para incrementar los elementos de terror cuya presencia había sido limitada. Lo malo es que con dicha aparición llegan los problemas debido a que una vez que se establece su presencia el personaje de Eloise inicia una espiral descendente hacia la locura con la que, si bien se generan algunos momentos de gran intensidad, también se empieza a provocar una dinámica repetitiva que afecta el ritmo y hace que la parte final no sea tan interesante.

No al grado como para convertirla en una película del montón o mala ya que si cuenta con situaciones que valen la pena y añaden bastante fuerza; sin embargo, si se recurre al mismo recurso de forma exagerada hasta el punto en que se vuelve fastidioso. Sobre todo porque le quita importancia al tema de la explotación para enfocarse en un cierre más genérico.

Sobre las actuaciones la verdad es que Thomasin McKenzie lleva el peso de la película de manera destacada, combinando ese toque de inocencia y locura de manera muy bien balanceada para involucrarte de lleno con el personaje incluso durante la repetitiva parte final. Mientras que Anya Taylor-Joy (Sandie) aporta una dosis de elegancia y sufrimiento que hace su presencia muy relevante a pesar de que su tiempo en pantalla no es tan constante.

En cuanto a producción tenemos una buena factura: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte impecable, el score es genial, el trabajo de sonido no tiene fallos, los efectos no son tan complejos pero están bien hechos y la labor de maquillaje cumple.  

Opinión final: Last Night in Soho me gustó. Buena película que, como casi todo lo que ha hecho su director, te deja con la sensación de que pudo ser algo incluso más importante.

Ojometro:
****

viernes, 5 de noviembre de 2021

Crítica: Paranormal Activity: Next of Kin (2021)

Séptima entrega de la franquicia, la cual está dirigida por William Eubank (Underwater) y escrita por Christopher Landon. Se estrenó a nivel mundial directamente por Paramaount+ el pasado 29 de octubre.

Sinopsis:

Margot (Emily Bader), una joven que fue abandonada por su madre cuando era bebé, viaja a una apartada comunidad Amish junto a un equipo de filmación para conocer a sus parientes y encontrar respuestas sobre su pasado.


Comentarios generales:

A pesar de que durante 2015 se dijo que “The Next Dimension” sería la última entrega, la verdad es que muy pocos lo creyeron debido a que Paranormal Activity es demasiado rentable como para dejarla en la congeladora y por ello cuando se anunció su regreso de manera exclusiva para Paramaount+ a nadie le tomó por sorpresa. Aunque lo que si fue sorpresivo fue saber que Next of Kin iba a ser un reinicio para la franquicia, lo cual parecía una decisión extraña considerando que esta no es tan vieja; sin embargo, una vez terminado el visionado cobró mucho sentido.

Y no es porque lo presentado por Eubank y Landon sea una maravilla, sino porque si logran construir de manera relativamente simple una nueva mitología que dará bastante contenido para los próximos años.

Todo por medio de una historia con la que no se rompen la cabeza en términos de originalidad y que durante la primera media hora no se diferencia mucho de otras tantas películas que manejan una premisa similar. Siendo lo más atractivo el ver como en cuanto a producción esta es la entrega más cuidada de todas y también como el tema del found footage en primera persona en está ocasión no es tan estricto debido a que el director realmente utiliza otros ángulos de cámara sin una justificación lógica cuando la escena así lo necesita.

Aspectos técnicos que son interesantes pero que no evitan que el visionado resulte aburrido debido a que no existen demasiadas situaciones para recordar desde el lado del terror y la extravagancia de la propia comunidad Amish se desgasta de manera rápida, aunque una vez que empiezan a salir a la luz los misterios que ocultan hay una mejoría evidente. Sobre todo porque el tono se vuelve más oscuro, se incrementan los jump scares y los aspectos satánicos logran generar algunos momentos de tensión efectivos para ir preparando el camino de lo que será una parte final en la que se ponen absolutamente todas las esperanzas para dejar un impacto positivo.

Algo que sin duda logran gracias a que es por mucho lo mejor de la película y en general lo que la salva de ser totalmente intrascendente. Sustentándose en una persecución que abarca diferentes escenarios y en general es puro caos del bueno; donde la violencia se magnifica para establecer precisamente un nuevo peligro que, en teoría, será la base de lo que podría venir en futuras secuelas.

Sobre las actuaciones tenemos lo habitual con una Emily Bader que hace un trabajo correcto en lo que se refiere a los gritos e intensidad que esta clase de historias necesitan. Además de que Dan Liper (Dale) como aporte cómico secundario tiene algunos momentos bastante graciosos con la comunidad.

En cuanto a producción, tal como lo mencione anteriormente, esta es la entrega más cuidada en ese sentido: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte cumple, el trabajo de sonido es limpio, los efectos son sencillos y la labor de maquillaje resulta efectiva. 

Opinión final: Next of Kin está apenas pasable. Entrega genérica a la que la salva su parte final, pero que definitivamente le dará nueva vida a la franquicia.  

Ojometro:
***