jueves, 27 de agosto de 2015

Crítica: Starve (2014)


Película dirigida por Griff Furst (Ghost Shark), cuyo guión fue escrito por Xander Wolf. Se estrenó durante el mes de octubre del año pasado como parte de los “31 Days of Halloween” del canal Syfy y desde entonces ha estado siendo transmitida en diferentes países.

Sinopsis:

Mientras se encuentran investigando una leyenda urbana sobre niños salvajes, tres amigos son secuestrados y encerrados en una escuela dentro de un pueblo abandonado. Ahí serán confrontados por una maldad mucho más siniestra que la propia leyenda, todo con un simple propósito: dejarlos hambrientos.



Comentarios generales:

Desde el año pasado fue claro que Syfy se propuso elevar la calidad de sus contenidos para los especiales de Halloween y no quedarse encasillado nada más como el canal que hace películas sobre tiburones o monstruos extravagantes. “Dead Still” fue el primer ejemplo de esto y Starve es una continuación interesante a ese nuevo enfoque más oscuro en sus producciones, aunque desafortunadamente no logra estar a la altura de su premisa.

Lo primero que notas es que la historia sigue una línea muy inspirada en Saw al utilizar un tema específico para poner a prueba a las personas, algo que de entrada no es tan alentador porque Furts utiliza elementos que te hacen pensar que verás una copia bastante descarada con caníbales, pero con el paso de los minutos esa sensación desaparece. Y es que después de una introducción muy breve y un tanto genérica, lo que se nos presenta es básicamente un juego entretenido de supervivencia que raya en lo extravagante; donde las víctimas son puestas en situaciones que no solo significan un riesgo para su integridad física sino también para su propio estado mental y emocional al tratar ciertos conflictos morales muy fuertes que son el puente perfecto para ofrecer niveles de violencia elevados.  

El problema es que dicho efecto de shock no es suficiente para sostener todo el segundo acto, provocando poco a poco que la película se empiece a sentir repetitiva, sin mucho rumbo y con pocas emociones; lo cual se acentúa mucho más cuando de sorpresa integran a una policía que no aporta absolutamente nada a la trama y solo sirve para aumentar el conteo de cuerpos. De un momento a otro lo que pasa ya no te genera expectativa, los enfrentamientos pierden intensidad debido a que todo el tema central de la comida pasa a un segundo plano y sin esa sensación inicial de apremio por sobrevivir con los protagonistas las cosas no fluyen de manera correcta.

La parte final no está mal. En realidad el conflicto está bien resuelto y se revelan algunos misterios que le dan sentido a las acciones de los asesinos; sin embargo, aquí ya sientes que la película ha durado más de lo que debía y se hace pesada hasta el punto de que algunos de los sucesos no te provocarán ninguna clase de reacción.  

Las actuaciones no están mal, sobre todo Mariah Bonner (Candice) muestra una evolución muy agradable con su personaje a lo largo de los 100 minutos, ya que pasa de ser odiosa a alguien que en verdad quieres que salga con vida. La producción es sólida para los estándares de TV: la fotografía cumple (salvo una escena nocturna casi al inicio donde se nota que fue filmada de día), está bien ambientada, tiene un buen trabajo de sonido y aunque no es precisamente muy gráfica, todo lo relacionado con efectos/maquillaje es de calidad.

* Cuenta con una escena post-créditos

Opinión final: Starve es un buen concepto que nunca despega. Sirve para perder el tiempo cuando no tengan nada más que hacer.

Ojometro:
***