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martes, 7 de enero de 2020

Crítica: The Lighthouse (2019)


Película dirigida por Robert Eggers (The Witch), quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a su hermano Max Eggers. La película se estrenó de manera limitada en cines dentro de los Estados Unidos durante el mes de octubre, mientras que en México hizo lo propio el pasado fin de semana. Su salida en formato físico está anunciada para este 7 de enero.

Sinopsis:

Dos cuidadores de un faro tratan de mantener su estabilidad mental mientras viven en una remota y misteriosa isla de Nueva Inglaterra durante los 1890s.



Comentarios generales:

Las expectativas para The Lighthouse eran enormes desde el momento en que fue anunciada, ya que cuando tienes detrás al director de The Witch y a un estudio como A24 con su racha de películas aclamadas evidentemente no puedes ser considerado un trabajo más. Sin duda algo que puede tomarse como un elogio pero a la misma vez significa una presión enorme debido a que las posibilidades de fracaso son mucho más altas si no se llega a cumplir cierto estándar de calidad, aunque afortunadamente aquí eso no es un problema.

Lo cual es hasta cierto punto sorprendente si consideramos que nuevamente Eggers se propone a retar al espectador presentándonos una historia de terror psicológico (con clara inspiración en Lovecraft) en donde no pretende seguir convencionalismos y, además, está filmada en blanco y negro.

Una combinación que podría resultar mortal pero que logra que funcione desde un inicio por medio de una dinámica entre dos personajes contrastantes con los cuales se va construyendo de manera sostenida una relación laboral áspera. En la que resulta más que obvio que existen muchos secretos detrás que son bien guardados o simplemente se muestra lo mínimo para empezar a jugar con lo que puede ser verdad y que no.

Y es que aquí todo se sustenta en puras historias personales o leyendas, aspecto que hace que los intercambios de diálogos entre los personajes sean sumamente relevantes en todo momento y gracias a eso difícilmente te puedes distraer porque de los contrario puede que dejes pasar algún tipo de información vital. Haciendo con esto que el desarrollo en ningún punto se sienta lento a pesar de que por grandes lapsos no hay demasiada acción; simplemente todo fluye de manera natural y se complementa espectacularmente con un trabajo de fotografía impecable que ayuda a darle a las situaciones más raras un sello visual distintivo que en muchas ocasiones magnifica lo que son realmente.

La parte final es una locura y no lo digo como algo negativo. Ya para este punto los niveles de tensión son elevadísimos y lo que esto desencadena es un conflicto de gran intensidad con el que no solo se brinda la violencia que sabías sería inminente en algún punto, sino que también aclara cosas fundamentales. Aunque si deja algo para la interpretación en el desenlace.

En el tema de las actuaciones lo que tenemos aquí es fantástico, ya que el duelo de actuaciones entre Robert Pattinson y Willem Dafoe es algo digno de ver. La producción también es de buena nota: el trabajo de fotografía es estupendo, la dirección de arte cumple, cuenta con un buen score, el trabajo de sonido es impecable y lo relacionado con efectos/maquillaje es bastante simple.

Opinión final: The Lighthouse me gustó, es bastante buena. Terror psicológico en su estado más puro que definitivamente no es para todo el mundo.

Ojometro:
*****

lunes, 5 de diciembre de 2016

Crítica: The Eyes of My Mother (2016)


Película escrita, dirigida y editada por Nicolas Pesce, la cual significa su ópera prima. Se estrenó de manera limitada en cines, VOD e iTunes dentro de los Estados Unidos el pasado 2 de diciembre, mientras que su llegada a otros mercados se dará hasta 2017.

Sinopsis:

Dentro de su aislada granja, una ex cirujana en Portugal le ensaña a su hija Francisca (Olivia Bond /Kika Magalhaes) a entender la anatomía humana y a no temerle a la muerte. Sin embargo, después de un acontecimiento perturbador que le pasa su familia, la pequeña niña quedará completamente traumatizada mientras curiosidades únicas despiertan en ella.



Comentarios generales:

Cuando se decide presentar una película en blanco y negro siempre va a existir una enorme curiosidad debido a que para muchos pudiera parecer un riesgo innecesario o una manera muy pretenciosa de contar algo, sobre todo dentro de un género que no se ha caracterizado por ser precisamente arriesgado en las últimas décadas. Ante esto The Eyes of My Mother tenía un panorama con diversos retos, mucho más después de todas las alabanzas que había recibido en festivales, pero al final logra establecerse de manera sólida como una de las propuestas arriesgadas más efectivas del 2016.

Ya que Pesce no se anda con muchos rodeos y desde el inicio establece que esta no es una historia convencional al utilizar detalles que podrán parecer menores, pero que terminan por darle un aire diferente a las cosas; yendo más allá de una simple relación retorcida/obsesiva entre madre e hija. Esto porque no solo se trata de la presentación en blanco y negro, sino también el combinar los diálogos en inglés con el portugués o dejar que algunos momentos te digan mucho con un dialogo casi nulo para que el primer acto resulte potente de la manera en la que menos te imaginas; donde el acontecimiento que sirve de detonante genera un gran impacto, pero no es ni por mucho lo más perturbador considerando lo que desencadena para la segunda mitad.

Una en donde ya entra en escena la Francisca adulta y que se centra por completo en su manera de lidiar con las adversidades que se le presentan, dándole mucha más importancia a los momentos de absoluto silencio para acrecentar sus dañados hábitos como algo sumamente natural. Un aspecto que funciona, pero que igualmente podría resultar fastidioso para algunos debido a que, al centrarse en este personaje, el director se olvida del resto de los secundarios; dejándolos simplemente como piezas de carne de las que no se profundiza y que gracias al ritmo pausado que se utiliza pudiera dejar la impresión de que realmente no ocurre demasiado.

La parte final es muy interesante porque, cuando parece que la historia toca pared, el personaje de Francisca lleva a cabo algo que se siente como el siguiente paso natural en su locura. Lo cual proporciona momentos visualmente potentes y, sobre todo, un cierre satisfactorio que demuestra que hasta la persona más dañada necesita de algo a que aferrarse para no caer en la siempre aterradora soledad.

En las actuaciones realmente todo recae en Kika Magalhaes, quien resulta realmente perturbadora de ver sin necesitar de expresiones exageradas o situaciones tan extremas; aunque varios de los secundarios también dejan una buena impresión en los pocos minutos que aparecen. La producción está bien cuidada: el trabajo de fotografía funciona a la perfección, la dirección de arte es simple, tiene un score cumplidor y el trabajo de maquillaje es sencillo.

Opinión final: The Eyes of My Mother es una buena película. Un trabajo ideal para todos aquellos que busquen algo distinto al cine comercial.

Ojometro:
****

miércoles, 27 de abril de 2016

Crítica: Darling (2016)


Película escrita y dirigida por Mickey Keating (POD). Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 1 de abril, pero todavía no hay información sobre su salida en formato físico o posible llegada a otros mercados.

Sinopsis:

Una chica solitaria (Lauren Ashley Carter) es contratada para cuidar una mansión en Manhattan con perturbador pasado. Un trabajo sencillo, pero mientras se encuentra en esa vieja casa pronto se verá profundamente afectada por las leyendas que la rodean y, de paso, iniciará su violento descenso a la locura.



Comentarios generales:

La verdad cuando uno lee la sinopsis de Darling no puede evitar el pensar que esta ante otra simple película de casas poseídas y por ello tus expectativas sobre lo que vas a ver se centran en situaciones habituales de este tipo de trabajos. Lo cual es un error asumir en esta ocasión, ya que el enfoque es totalmente distinto por parte del director y guionista; a pesar de que por varios lapsos no parece tener una idea lo suficientemente clara sobre lo que quiere contar.

Y es que inspirándose en la famosa “Trilogía del Apartamento” de Roman Polanski, lo que nos trae Keatin es una historia que se centra mucho más en temas satánicos/mentales y no en cuestiones paranormales pensadas para lograr el susto fácil, haciendo de esta experiencia una mucho menos llamativa para aquellos que busquen algo simple. Donde se hace un uso muy superficial de la casa con el único objetivo de establecer un pasado oscuro que sirva como detonante de los problemas de nuestra protagonista sin nombre y a la misma vez genere dudas razonables sobre lo que verdaderamente ocurre ahí adentro al no dejar claro si esto es producto de algún problema mental o si en verdad existe algo mucho más siniestro escondido detrás de una de las habitaciones del lugar. 

Sin duda un enfoque interesante que, contrario a lo que se pudiera pensar, si logra construir un terror genuino basado principalmente en la soledad e histeria de este personaje; el cual se magnifica con un estupendo uso del sonido, así como de un poderoso score. Lo malo es que una vez digerida esta situación las cosas se vuelven increíblemente huecas y la historia como tal se empieza a desvanecer gracias al poco avance que presenta, magnificándose mucho más por el ritmo lento manejado y la casi nula presencia de personajes secundarios que le brinden un poco más de contexto al tema de la casa para que así el misterio pueda seguir a flote.

La parte final tiene sus pros y sus contras. Del lado positivo está el hecho de que se presentan los minutos más tensos y sangrientos del filme, pero del lado negativo tenemos la existencia de muchísimo relleno (por ejemplo, Darling limpiando una tina) y las respuestas brillan por su ausencia; dejando así al espectador con una sensación no solo de vacío, sino también de que lo que acaba de ver no tuvo sentido.

En cuestión de actuaciones se trata de una película que depende exclusivamente de Ashley Carter y la verdad esta chica nos regala una actuación estupenda que ayuda a tapar muchas de las carencias existentes gracias a su progresivo deterioro mental. La producción es bastante buena para tratarse de un proyecto tan pequeño: el trabajo de fotografía en blanco y negro es estupendo, la dirección de arte es muy simple, el score es realmente bueno, el trabajo de sonido es impecable y la cuestión de efectos/maquillaje es ínfima.

Opinión final: Darling es aceptable. Se trata de una película con cosas interesantes en muchos aspectos, aunque nunca logra explotar.

Ojometro:
***

jueves, 26 de marzo de 2015

Crítica: A Girl Walks Home Alone at Night (2015)


Producción estadounidense hablada completamente en persa que significa el primer largometraje para la directora Ana Lily Amirpour, quien además es la guionista. Obtuvo notoriedad en el Festival de Sundance del 2014, pero no fue sino hasta este pasado 20 de marzo que se estrenó vía VOD; además tiene planeada su salida en formato físico durante el mes de abril.

Sinopsis:

Una historia de amor entre dos almas torturadas en el pueblo iraní llamado BAD CITY… un lugar que huele a muerte y soledad; donde un solitario vampiro se aprovecha de los habitantes más depravados para saciar su sed de sangre.



Comentarios generales:

“Un nuevo clásico del género de vampiros”, “Lo mejor que le ha pasado a los vampiros desde Let the Right One In”, “Una obra maestra”. Estas son solo algunas de las opiniones que leí desde que se exhibió en Sundance, así que mis expectativas se encontraban por las nubes y las peculiaridades que la envuelven (dirigida por una mujer, dónde se lleva a cabo, el idioma) solo hacían que aumentaran; vamos… esperaba algo en verdad espectacular, pero después de una hora y media no lo pude encontrar.

A Girl Walks Home Alone at Night es un trabajo que inmediatamente te deja claro que es poco común y que no existe algo similar por ningún lado debido a que Amirpour juega de manera muy inteligente con el aspecto visual al utilizar ciertas técnicas con la cámara para hacerte sentir que no solo estás viendo una película, sino también un secuencia de imágenes estáticas que, gracias al uso del blanco y negro, resultan absorbentes. Algo que sin duda ayuda a darle un toque único porque es en base a esto que se logran construir casi en su totalidad los contados momentos de terror genuino para respaldar lo que en esencia es una historia de “amor” muy simple; en la cual todo se desarrolla de manera lenta, centrándose principalmente en lo raro y deprimente que rodea a Bad City.

Lo malo es que dicho desarrollo llega a un punto en donde te desesperas porque no pasa mucho, las cosas no avanzan y esto se acentúa con la poca relevancia que tienen el resto de los personajes secundarios (así como la integración de algunas escenas que no encajan); básicamente es una ciudad fantasma sin nada interesante más allá de su sanguinaria vigilante.

Ella es la que realiza todas las conexiones dentro de la historia y la naturaleza misma de su relación con Arash termina por desencadenar muchas preguntas sobre su extraño comportamiento debido a que a todas luces hay afecto por un humano cuyas acciones no son muy diferentes a las de aquellos que ha matado, pero por alguna razón con él se comporta de manera distinta.

El final te deja con la sensación de vacío. No esperaba acción o sangre considerando todo lo previo, pero si una conclusión más interesante que no solo se limitara a tratar con pinzas el extraño enamoramiento entre ambos protagonistas.

Las actuaciones están bien, Sheila Vand y Arash Marandi cargan con todo el peso de la película; siendo ella la que ofrece varios de los momentos más aterradores a base de expresiones. La producción no es llamativa, tiene efectos mínimos y en general la ambientación se puede apreciar muy poco; sin embargo, si tiene dos cosas que resaltan bastante: su fotografía y su score.

Lo primero ayuda a imprimir un aire de los años 30s dada su simpleza, mientras que lo segundo es una combinación de sonidos interesante que contrastan de buena manera con la eterna soledad presentada. 

Opinión final: A Girl Walks Home Alone at Night es una película complicada de valorar y definitivamente no es para todos. Hubo cosas que me gustaron pero el producto general simplemente no me convenció.

Ojometro:
***