Película dirigida por Alastair
Orr (Indigenous), quien además es co-escritor del guión junto a Catherine
Blackman y Jonathan Jordaan. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD el
pasado 24 de marzo dentro de los Estados Unidos, pero no se sabe cuándo saldrá
en formato físico o si llegará a otros mercados.
Sinopsis:
Después de que una joven es
secuestrada directamente de su casa, sus captores tendrán que empezar a
cuestionarse sobre si no son ellos quienes corren peligro debido a que ella parece
guardar un oscuro secreto.
Comentarios generales:
Siempre he pensando que cuando
hay más de dos personas involucradas en un guión existe una alta probabilidad
de que la película sea mala debido a que tantas mentes juntas significa
un inevitable choque de ideas que tarde o temprano va a afectar de algún modo.
Lo cual es sin duda lo que ocurre con House on Willow Street, un trabajo que en
todo momento parece no tener un rumbo fijo y cuyas ideas más originales nunca
terminan por explotar gracias a la poca imaginación presentada.
Y es que ciertamente la premisa
es al menos interesante al cambiar un poco el escenario habitual de lo que, en
teoría, es una película de invasión de hogares y que Orr aprovecha para brindar
unos minutos iniciales bastante disfrutables que ayudan a establecer esa
sensación de peligro constante a pesar de que no se sabe exactamente cuál es la
amenaza. No se va rápidamente por la violencia e incluso se toma algo de tiempo
para construir una interacción agradable entre ambos personajes femeninos; sin
embargo, todo esto dura muy poco y no
tienen que pasar más de 20 minutos para que las cosas empiecen a tomar un
camino en el que estos criminales, en apariencia fríos y calculadores, se ven
envueltos en cualquier cantidad de decisiones absurdas.
Realmente a partir del segundo
acto se vuelve un verdadero dolor de cabeza escuchar algunos de los diálogos y
el tema demoníaco resulta completamente forzado; especialmente por la manera tan
conveniente en la que lo explican. Además el director empieza a abusar de los
sustos fáciles, ya que no solo los utiliza para generar impacto, sino que
también son su medio preferido para explotar las debilidades de los personajes
para quebrarlos emocionalmente. Un aspecto que funciona al inicio, pero que
como todo lo demás en esta historia solo es efectivo por lapsos muy breves.
La parte final no diría que es anti
climática, simplemente se siente demasiado larga para lo que tendría que haber
sido. Cuenta con cierto nivel de intensidad, pero no hay capacidad para mantenerlo precisamente porque los momentos para eso duran de más y este se evapora;
aunado a que le agregan algo que no tiene mucho sentido.
En cuanto a las actuaciones me
sorprendió ver a Sharni Vinson (Hazel) tan poco energética, incluso se le nota
un tanto cansada en su rostro; mientras que Carlyn Burchell (Katherine) es sin
duda lo mejor en este aspecto. La producción no está nada mal: el trabajo de
fotografía es bastante bueno, la dirección de arte no es nada del otro mundo,
el score cumple, el trabajo de sonido está ok, los efectos en su mayoría lucen
bien (salvo por el fuego en CGI) y la labor de maquillaje es de destacar.
Opinión final: House on Willow
Street es decepcionante. Película del montón que será mejor ver cuando
inevitablemente la empiecen a pasar por TV.
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