Debut dentro del género por parte
del director Jeff Kopas, quien además comparte créditos como co-escritor del
guión junto a Doug Taylor. Se estrenó en VOD y DVD dentro de los Estados Unidos
durante el pasado mes de febrero.
Sinopsis:
Torturada por la memoria de un
trauma de su niñez, Jenibel (Shenae Grimes-Beech) regresa después de una década
a su casa para ayudar a sus hermanos con su moribundo padre. Aunque pronto ella
misma se encontrará atrapada en un drama familiar que poco a poco se convertirá
en una aterradora pesadilla.
Comentarios generales:
La premisa de Blood Honey no es
algo precisamente original, así que en un inicio no tenía grandes expectativas sobre
esta e incluso llegué a considerar dejarla pasar. Sin embargo, al ver su casting
mi interés se incrementó ligeramente porque contaba con algunos nombres
interesantes que podían hacer de este trabajo al menos mirable y así ocurrió;
aunque sin llegar a ser nada del otro mundo.
Ya que lo que nos regala Kopas es una película
que desde el primer instante te deja claro que todo se manejará bajo una
atmósfera bastante depresiva dentro de un escenario limitado en el que la
prioridad será, al menos de entrada, ir estableciendo esta relación familiar
nada amorosa. Situación que origina invariablemente que el primer acto sea uno
que pudiera resultar pesado para muchos ante lo poco relevante que ocurre y
porque los sucesos diseñados para brindar cierto contexto no cuentan con la
suficiente sustancia como para entender el claro conflicto que existe no solo
entre la familia, sino entre todos quienes los rodean.
Es hasta pasados los 30 minutos
cuando las cosas empiezan a mejorar y en gran medida se debe a que se presenta
una muerte que cambia por completo la manera en la que piensas que se
desarrollará el curso de las acciones, añadiendo más tensión entre la familia y
siendo la catapulta para empezar a explotar los aspectos sobrenaturales de la
historia. Unos que por momentos se tambalean por la falta de claridad pero que
sin duda terminan ayudando para que el ritmo sea más agradable, así como para ir
generando un mayor interés en los misterios que rodean al comportamiento de Jenibel.
Preparando así un último acto que
sin duda es la parte más interesante de la película porque aquí todas las piezas
empiezan a caer en su lugar de manera natural para ir desenredando el misterio
que hay detrás y le brinda a este conflicto familiar un tono mucho más oscuro.
Además de que hay un giro muy bien cuidado que si me tomó por sorpresa.
Las actuaciones están bien, nada
del otro mundo pero definitivamente todos cumplen; aunque por el peso de ser la
protagonista Shenae Grimes-Beech es quien tiene mayor exposición y hace un buen
trabajo. La producción tiene sus altibajos: el trabajo de fotografía es bueno,
la dirección de arte no destaca, el score es sólido, el trabajo de sonido por
momentos no es tan limpio y los pocos efectos con los que cuenta parecen hechos
con alguna aplicación para celular.
Opinión final: Blood Honey es
aceptable. Un trabajo independiente con cosas rescatables para ver cuando no
tengan otra opción.
Ojometro:
***
***