martes, 12 de marzo de 2019

Crítica: The Golem (2019)


Producción israelí dirigida por los hermanos Doron y Yoav Paz (JeruZalem), cuyo guión fue escrito por Ariel Cohen. Se estrenó en cines dentro de Israel en el mes de enero y en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 5 de febrero, aunque todavía no hay información sobre cuándo saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Durante el brote de una mortal enfermedad, una mujer con poderes místicos debe de salvar a su cerrada comunidad judía de invasores extranjeros. Lo malo es que para hacerlo ha invocado a un enorme mal que no parece diferenciar amigos de enemigos.



Comentarios generales:

Los Golem son uno de los personajes más antiguos dentro del cine de terror, tan antiguos como Frankenstein o Drácula; sin embargo, su impacto ha sido mínimo a pesar de formar parte del folklore de una cultura que podría explotarse fácilmente. Obviamente mucho de esto se debe a que los tres filmes más trascendentales sobre este personaje datan de inicios del siglo XX y lamentablemente un par de estos se consideran perdidos, así que cuando se anunció The Golem rápidamente centré mi atención en este trabajo porque no es algo que veamos tan seguido y afortunadamente cuenta con lo necesario para hacer algo de ruido.

Aunque no sin poner sobre la mesa una experiencia cuya manera de desarrollarse puede que no sea la que muchos estén buscando, ya que lo que nos traen los hermanos Paz es una historia que desde muy temprano deja claro que el golem no será una máquina de matar a diestra y siniestra, sino solo un medio para agregar más drama en las relaciones humanas presentadas. Lo cual nos lleva a un primer acto pasivo, que se toma su tiempo para ir revelando la dinámica de la comunidad, sus estrictas costumbres y cierto nivel de información sobre las creencias que rodean al judaísmo; haciendo así que realmente lo único centrado al terror durante esta parte sean las imágenes relacionadas con la amenaza extranjera y sus peculiares vestimentas.

Es hasta el segundo acto, ya con la creación de la criatura, cuando los elementos de terror empiezan a ser más palpables; primero por la generación de una atmósfera oscura/depresiva muy marcada y, segundo, porque con este llega el esperado impacto. Uno que se da en momentos específicos para ir estableciendo la relación casi de madre e hijo de manera efectiva por medio de acciones que visualmente resultan llamativas, pero que también sirven para ir incrementando el ritmo cuando parece que la película empieza a estancarse. Además de que le da sentido a la presencia de la amenaza externa, una que hasta este punto se había sentido totalmente innecesaria y como mero adorno.

La parte final es donde llega el caos y por consecuencia los minutos más dinámicos. Generando así una masacre que, además de proporcionar los momentos violentos suficientes para manifestar lo peligroso que es el golem, también logra cerrar el círculo del sufrimiento de Hanna de manera efectiva y con ello ofrecer un desenlace donde se le da prioridad al aspecto humano por encima del shock efímero.

Las actuaciones son bastante buenas, el conjunto en sí es muy sólido, aunque sin duda es Hani Furstenberg (Hanna) quien resalta en un papel que la obliga a mostrar una evolución que resulta interesante de ver. La producción es de gran factura: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte impecable, cuenta con un score agradable, el trabajo de sonido está bien cuidado y tanto los efectos como la labor de maquillaje cumplen a pesar de no ser tan complejos.

Opinión final: The Golem es una buena película. Tal vez no sea el show sangriento que muchos esperaban, pero vale la pena darle una oportunidad.

Ojometro:
****